En
El hombre de Laramie (impresionante
western de
Anthony Mann), la ambigüedad moral del protagonista, interpretado por
James Stewart, no tiene parangón. Este espectro, que deambula por un tiempo que no es el suyo, ve en la venganza la oportunidad de reafirmarse, de emprender una aventura... El hombre que lo ha perdido todo sólo ve dos metas: despedirse por todo lo alto o empezar una nueva vida sin asignaturas pendientes.
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