Mi querido maestro Javier Rivera escribió ayer en su columna de El Progreso de Lugo:
"La instantánea del niño [sirio] muerto, como un muñeco roto sobre la arena, debería colgar en los despachos de los gobernantes europeos. Sería un testigo incómodo que les recordaría las amarguras de esa gente que no tiene derecho ni a ver su salario devaluado por una reforma laboral. El sufrimiento de los refugiados que sueñan un futuro en una sociedad que no les quiere, resuena como una aldabonazo en nuestras conciencias"
Reproduzco la columna completa de Rivera, que me parece ejemplar por la forma y por las solidarias ideas que transmite:
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