Hoy se cumplen 31 años del fallecimiento de don
Álvaro Cunqueiro, el literato de la visión poliédrica y la sonrisa sardónica. Hace unos meses dediqué al maestro un artículo que pueden leer pinchando
aquí. Decía uno en ese texto:
"Sólo alguien que se regodea en el lenguaje, que se vale del realismo como contrapunto para sostener la fantasía, que utiliza dos miradas en un mismo argumento, es capaz de narrar con tanta entonación hímnica, aun no estando presente en el momento de los hechos evocados. Así obraba Cunqueiro, el soñador que pasó toda la infancia 'a la escucha', el venerable mago que encontró una fórmula intermedia entre los diversos niveles lingüísticos, deleitándose tanto en los cultismos como en el rápido —pero a menudo gracioso— decir rural…".
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