En noches taciturnas —como la de hoy— me acuerdo de mis queridos padres, de lo mucho que se han esforzado para brindarme una educación digna. Ellos —que no gozaron de las mismas oportunidades que yo— se ven reflejados en aquello que escribo (poemas, relatos, artículos), en lo que estudio… Ojalá algún día pueda devolverles tanta comprensión, tanta confianza, tanta amorosa ternura… Ojalá algún día llegue a parecerme a ellos, que son humildes, sacrificados, nobles, sensibles y respetuosos. Pensar en mis padres me ayuda a seguir adelante. Siempre.
La imagen me la tomó mi padre en Gijón. Septiembre del 91.
No hay comentarios:
Publicar un comentario