Acabo de escuchar, en un documental emitido por
La 1, estas repulsivas palabras del misántropo Hitler: "La muchedumbre es mujer, y a las masas les gusta ser dominadas como si fueran esposas". Necesito enaltecer el sentimiento; releeré un hermoso poema de Juan Ramón Jiménez que se titula "Cielo" y que concluye de este modo: "Hoy te he mirado lentamente, / y te has ido elevando hasta tu nombre." ¿Verdad que son unos versos ideales para dedicar a la persona amada?
Reproduzco a continuación la poesía completa:
CIELO
Te tenía olvidado,
cielo, y no eras
más que un vago existir de luz,
visto —sin nombre—
por mis cansados ojos indolentes.
Y aparecías, entre las palabras
perezosas y desesperanzadas del viajero,
como en breves lagunas repetidas
de un paisaje de agua visto en sueños...
Hoy te he mirado lentamente,
y te has ido elevando hasta tu nombre.
(Juan Ramón Jiménez, Diario de un poeta reciencasado, 1916)
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