Siempre es un goce ver en escena a mi querido y admirado Miguel Rellán; no dejan de impresionarme su mirada (que integra sabiamente humor y nostalgia), su dicción (elegante y fluida), sus andares (tan envolventes)... Aquí estoy junto al maestro en el teatro Valle-Inclán, donde actualmente representa la riquísima obra El viaje a ninguna parte:
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