Robert Schumann, durante el clandestino romance que vivió con la también pianista Clara Wieck, fraguó Escenas de niños (1838), hermosísima obra a la que pertenece la siguiente pieza, "El poeta habla":
Por aquellas calendas, el genial compositor escribió estas sinceras líneas a su jovencísima amada, a su futura esposa:
"No sé si es una repercusión de lo que me dijiste un día de que a veces te parezco un niño, pero, en todo caso, tuve una inspiración súbita y escribí de un tirón treinta piezas breves y caprichosas. He escogido una docena y las he titulado Escenas de niños. Estoy seguro de que te gustarán, pero, naturalmente, debes olvidar que eres una verdadera virtuosa."
Buenas noches.
1 comentario:
La fuerza de la pasión en el artista.
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