Disfruto con mi última adquisición literaria: El placer de la mirada (Ediciones Paidós), de François Truffaut. Escribe el maestro en uno de los artículos cinematográficos recopilados en el libro:
"A diferencia de los gordos caraduras, los actores delgados no disimulan su miedo ni un ligero temblor en su voz; no son domadores sino indomables. ¡Qué tentación para las alfombrillas de cama que se creen leones morder los tobillos de los actores sonámbulos!"
¡Lírico, desenfadado y sensual Truffaut!
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