ORACIÓN POR LA BELLEZA DE UNA MUCHACHA
Por Dámaso Alonso
Tú le diste esa ardiente simetría
de los labios, con brasa de tu hondura,
y en dos enormes cauces de negrura,
simas de infinitud, luz de tu día;
esos bultos de nieve, que bullía
al soliviar del lino la tersura,
y, prodigios de exacta arquitectura,
dos columnas que cantan tu armonía.
Ay, tú, Señor, le diste esa ladera
que en un álabe dulce se derrama,
miel secreta en el humo entredorado.
¿A qué tu poderosa mano espera?
Mortal belleza eternidad reclama.
¡Dale la eternidad que le has negado!
Ésta es la poesía que yo prefiero, la que busca dilatar (o, mejor dicho, consagrar) el instante, la que equipara el sentimiento más extremo con el misticismo. Por lo demás, creo que este soneto de Dámaso Alonso es apropiado para celebrar la belleza femenina en una fecha tan señalada. ¡Feliz Día de la Mujer!
El cuadro aquí reproducido, de Ernst Ludwig Kirchner, lleva por título "Fränzi ante una silla tallada".
2 comentarios:
Tan hermosamente sutil para describir todo el cuerpo de la mujer que lo conmueve. ¡Genial!, me encanta.
Así es. Este soneto, ardiente pero sutil, ennoblece el cuerpo y la imaginación.
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