Anoche imaginé que bailaba esta canción de Sam Cooke con cierta mujer. Fue una ensoñación verdaderamente deliciosa. Sé que mi lúdico deseo difícilmente se cumplirá (de entrada, ella no escucha esta música primitiva y, a la vez, deslumbrante), pero precisamente debido a esa dificultad, mi imaginación se ensancha, ajena a cualquier límite o cifra... En fin, ya lo decía el maestro Cunqueiro: "Na aspereza da vida cotiá soñar é necesario" ("En la aspereza de la vida cotidiana soñar es necesario").
Bitácora de Héctor Acebo, poeta, periodista cultural y doctor en Periodismo
Bitácora de Héctor Acebo, poeta, periodista cultural y doctor en Periodismo.
-Correo: acebobello@gmail.com
-Instagram: @hectoracebo
viernes, 28 de septiembre de 2012
Un baile
Anoche imaginé que bailaba esta canción de Sam Cooke con cierta mujer. Fue una ensoñación verdaderamente deliciosa. Sé que mi lúdico deseo difícilmente se cumplirá (de entrada, ella no escucha esta música primitiva y, a la vez, deslumbrante), pero precisamente debido a esa dificultad, mi imaginación se ensancha, ajena a cualquier límite o cifra... En fin, ya lo decía el maestro Cunqueiro: "Na aspereza da vida cotiá soñar é necesario" ("En la aspereza de la vida cotidiana soñar es necesario").
Haciendo y deshaciendo 'Camas de hierba' en Lugo
Hace exactamente un año y un día estaba
presentando en Lugo Camas de hierba. Se trataba del cuarto (y último)
acto dedicado a mi primer libro. (Previamente, el poemario había sido
presentado en Madrid, en Vegadeo y en Gijón). Aquella tarde, en la Galería de Sargadelos, dos personas queridas y admiradas
me arropaban: Claudio Rodríguez Fer, padre de la poesía erótica galaica,
y Javier Rivera, periodista de El Progreso de Lugo. El citado diario me dedicaba, un día después del
acto, un reportaje que pueden leer aquí.
Pinchando aquí, también pueden leer el discurso que pronunció Rodríguez Fer (director de la Cátedra José Ángel Valente en la Universidad de Santiago de Compostela) aquel día. Es un magnífico análisis de mi poesía.
Tonina Gay, servidor, Claudio Rodríguez Fer y Javier Rivera.
Servidor y Claudio Rodríguez Fer.
martes, 25 de septiembre de 2012
25-S
Cuando los policías se regodean en la
violencia, me acuerdo de aquellos justos versos de Blas de Otero:
"Podrán herirme, pero no dañarme. / Podrán matarme, pero no morirme. /
Mientras viva la inmensa mayoría."
Esta imagen, que ilustra el 25-S, se ha publicado en la web de El País.
sábado, 22 de septiembre de 2012
"Láminas": Un poema de Blas de Otero
LÁMINAS
Me estás haciendo llorar con tu recuerdo.
Me sube hasta los ojos,
duda, vacila, y cae
Me estás haciendo llorar con tu recuerdo.
Me sube hasta los ojos,
duda, vacila, y cae
como una infanta de la almena al foso.
Porque recuerdo que tenías diecisiete años,
y todos de oro.
Y los pechitos te temblaban
como las hojas del chopo.
Y las sandalias que te ponías en la primavera,
pececitos rojos.
Y la cinta de
tu combinación, en corro.
Me estás hiriendo con unas alas tan frágiles.
¿Quién ha roto la brisa,
esta seda del aire, en el recuerdo,
quién la deshila?
Porque pregunto, y nadie me responde,
por una cosa que fue mía,
y estoy arrancando días y noches
de mi vida,
para que no me hagan llorar más
unas láminas amarillas
en las que tú, una mañana de primavera,
apareciste, con las sandalias de niña.
Blas de Otero, Ancia, 1958
Porque recuerdo que tenías diecisiete años,
y todos de oro.
Y los pechitos te temblaban
como las hojas del chopo.
Y las sandalias que te ponías en la primavera,
pececitos rojos.
Y la cinta de
tu combinación, en corro.
Me estás hiriendo con unas alas tan frágiles.
¿Quién ha roto la brisa,
esta seda del aire, en el recuerdo,
quién la deshila?
Porque pregunto, y nadie me responde,
por una cosa que fue mía,
y estoy arrancando días y noches
de mi vida,
para que no me hagan llorar más
unas láminas amarillas
en las que tú, una mañana de primavera,
apareciste, con las sandalias de niña.
Blas de Otero, Ancia, 1958
Fotograma de Pauline en la playa (Eric Rohmer, 1983).
miércoles, 19 de septiembre de 2012
Adiós a Santiago Carrillo
¡Hasta siempre, don Santiago! En este tiempo incierto y mediocre, ¡qué necesaria era tu lucidez! Si creyeses (si creyésemos) en Dios, te desearía buen viaje y te diría: Ojalá te encuentres con los míos, que son también los tuyos.
martes, 18 de septiembre de 2012
He defendido mi tesina
Vengo de la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense. He llegado, satisfecho, al final del trayecto. El tribunal elogió esta mañana mi tesina, La metáfora en la poesía de Antonio Martínez Sarrión, antesala de mi tesis doctoral (que comenzaré a fraguar el próximo mes). Antonio Dueñas, miembro de dicho tribunal y director de mi tesina, recordó —emocionado— a aquel soñador muchacho del valle del Eo, a aquel incipiente poeta que él tuvo como alumno, en la licenciatura de Periodismo, hace siete años... El profesor dijo que se sentía orgulloso de que uno hubiera progresado tanto en el plano poético y académico. Yo —huelga decirlo— me siento orgulloso de tener a mi lado a personas tan generosas, tan comprensivas, tan sensibles y tan cultivadas como el doctor Antonio. ¡Mi querido Dueñas! ¡Cuántas enseñanzas te debo!
lunes, 17 de septiembre de 2012
La defensa de mi tesina
Estoy
llegando al final del trayecto: mañana, martes, a las 11, presentaré mi
tesina («La metáfora en la poesía de Antonio Martínez Sarrión») en la
Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense.
Esta tesina, dirigida por Antonio Dueñas, es el trabajo final del «Máster en Investigación en
Periodismo: discurso y comunicación».
Etiquetas:
Antonio Dueñas,
Antonio Martínez Sarrión,
Metáfora,
Periodismo de investigación,
Poesía,
Tesina,
Universidad Complutense de Madrid
lunes, 10 de septiembre de 2012
Hacia la luz
En la fatuidad adolescente, yo sólo admiraba el estilo literario intrincado. Ahora busco la desnudez, la luz. La pura desnudez, la luz maravillosa.
EL DÍA BELLO
Y en todo desnuda tú.
He visto la aurora rosa
y la mañana celeste,
he visto la tarde verde
y he visto la noche azul.
Y en todo desnuda tú.
Desnuda en la noche azul,
desnuda en la tarde verde
y en la mañana celeste,
desnuda en la aurora rosa.
Y en todo desnuda tú.
(Juan Ramón Jiménez)
sábado, 8 de septiembre de 2012
Mi tesina
Ayer rematé, por fin, mi tesina, que lleva por título La metáfora en la poesía de Antonio Martínez Sarrión. Mi director, el querido Antonio Dueñas, ya ha revisado la versión final del documento y me ha dado (¡albricias!) el visto bueno. El próximo lunes entregaré el trabajo, impreso, en la Facultad; mañana, con ese motivo, partiré hacia Madrid. Me ha sentado estupendamente este verano: una mezcla muy dulce de sosiego y de escritura (aparte de fraguar mi trabajo de investigación, he colaborado en la prensa regional y he continuado con mis tareas de edición en La Huella Digital). Cuando regrese de Madrid, espero retomar la creación de algunos poemas que, por falta de tiempo, he dejado a medias. Algunos poemas que cantan los pequeños placeres: el olor de un bizcocho casero, la lectura a media voz, el estremecimiento de un cuerpo joven...
viernes, 7 de septiembre de 2012
Una caricia niña
Este deslumbrante texto de Rosales fue, junto a una pizpireta muchacha, la principal fuente de inspiración de mi poesía "La vocación de mirar", escrita hace unos meses:
El texto mío al que hago referencia, lo reproduzco a continuación:
LA NIEVE NIÑA
Esta madera que es el sueño, acaso
sabe que huele a ti; sabe que creces
hacia tu infancia, y vives
de aquella claridad, de aquella nieve
niña como la sed, de aquella niña
vocación de llorar porque ibas siempre
de traje corto hacia el amor, y aún llevas
la luz que tuvo en el mirar que tienes.
Luis Rosales, Rimas, 1951
El texto mío al que hago referencia, lo reproduzco a continuación:
LA VOCACIÓN DE MIRAR
Marina, para otros
eres una usuaria
con mil quinientos
contactos.
En cambio, para mí
eres esa niña
vocación de mirar,
esa caricia niña
como el sol del claustro.
Ágil,
esbelta,
mimosa…
Cansada la voz
y sin cansar el gesto.
H. A.
Madrid, enero de 2012
Millares, en Baleira (Lugo).
miércoles, 5 de septiembre de 2012
lunes, 3 de septiembre de 2012
La sonrisa silvestre
Quizás no lo recuerdes, quizás no nos recuerdes... De tu condición de soñadora sólo queda la sonrisa silvestre.
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