Bitácora de Héctor Acebo, poeta, periodista cultural y doctor en Periodismo

Bitácora de Héctor Acebo, poeta, periodista cultural y doctor en Periodismo.
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miércoles, 1 de febrero de 2023

SARA KHADEM Y EL ISLAM

Sara Khadem es una ajedrecista iraní premiada internacionalmente. El 26 de diciembre esta chica de 25 años se presentó con la cabeza descubierta —un delito según la ley islámica— en el Mundial de Ajedrez Rápido, que tuvo lugar en Kazajistán. «Antes del Mundial, cuando viajaba a los torneos solo me ponía el velo si había cámaras, porque representaba a Irán. Pero con el velo no soy yo, no me siento bien, y quería terminar con esa situación. Y decidí no ponérmelo más», confesó recientemente a Leontxo García, periodista de El País. Por supuesto, jugar sin el hiyab fue una muestra de apoyo a las protestas que comenzaron en su país el pasado 14 de septiembre, cuando Mahsa Amini falleció a los 22 años tras ser golpeada y detenida por la policía de la moral en Teherán, so pretexto de llevar mal colocado el velo. Una vez concluido el campeonato internacional, Sara Khadem decidió exiliarse en España, para evitar posibles represalias.

Me parece muy expresiva la fotografía que encabeza la mencionada entrevista de El País. Ximena y Sergio captaron a una chica risueña, valiente, segura de sí misma, ante un tablero de ajedrez. Su mirada mantiene el brillo de aquella niña prodigio del juego de mesa. Enfundada en una chaqueta de cuero, Sara Khadem muestra sus brazos y la palma de su mano izquierda: son símbolos de verdad, de libertad, de rebeldía. La kinésica de la iraní nos sugiere esta pregunta: ¿por qué ha de ser incompatible que una mujer profese amor a Alá y vista con ropa ceñida, orgullosa de su cuerpo? Vuelvo a ver la foto y me acuerdo de Dodo, el personaje más carismático del filme ‘Rompiendo las olas’, que Lars von Trier ambientó en la Escocia de los años 70 del siglo pasado. Dodo, mirlo blanco, era forastera en una villa costera de fuerte raigambre calvinista, donde trabajaba de enfermera. Durante una discusión con su amiga Bess, Dodo resaltó la actitud radicalmente patriarcal de la mayor parte de los vecinos. «Pero vives aquí. Y vas a la iglesia», le reprochaba Bess. «Pero yo veo las cosas desde mi punto de vista», le respondía, contundente, Dodo.

No está de más tener presente que, durante la Edad Media, Europa era aún más represora que los actuales regímenes talibanes. Entonces, la Iglesia católica castigaba sistemáticamente las herejías con una brutalidad inusitada. Por ejemplo, en 1600, la Santa Inquisición envió a la hoguera al insigne filósofo y astrónomo Giordano Bruno por expresar teorías que hoy son irrebatibles, como que la Tierra da vueltas alrededor del Sol o que la materia del universo está compuesta por átomos. Desde la perspectiva de género, cabe recordar el asesinato, en el s. V., de Hipatia de Alejandría. La gran pensadora y matemática, que se oponía firmemente a los abusos del poder religioso, fue desnudada en público y descuartizada por una caterva de fanáticos.

Afortunadamente, a partir de la Revolución Francesa, Europa construyó los cimientos de la secularización. Así, las diferentes esferas de la acción humana (política, derecho, economía, arte, vida íntima…) comenzaron a emanciparse de la tutela del poder religioso. Pese a algunos hiatos —guerras, dictaduras—, los musulmanes, los judíos o los ateos pasaron a tener los mismos derechos que los católicos. Ese es el espejo en el que actualmente se miran tantos iraníes. Desde hace más de cuatro meses, hombres y mujeres de diferentes clases sociales jóvenes, sobre todo exigen el desmantelamiento de la república islámica de su país. Están hartos de que el Talibán, debido a su interpretación literal y extrema del Corán, degrade a las musulmanas. Para ellos, el velo es una metáfora de ese ostracismo, que se traduce en prohibiciones sexistas como acudir a eventos deportivos, cantar y bailar fuera de la casa, sacarse el pasaporte sin la autorización del marido, sentarse en el transporte público al lado de un varón que no sea su esposo... Por no hablar de que en el Parlamento las mujeres solo ocupan 16 escaños de 290.

Ni siquiera la fuerte represión ayatolá, que ya deja más de 300 civiles muertos, aparta de su lucha por la democracia a tantos iraníes. Se está empezando a cumplir el deseo que Adonis, poeta sirio, expresó en 2014: «Repensar el islam a la luz de la modernidad».

(Publicado en El Progreso, 01/02/2023).