Bitácora de Héctor Acebo, poeta, periodista cultural y doctor en Periodismo

Bitácora de Héctor Acebo, poeta, periodista cultural y doctor en Periodismo.
-Correo: acebobello@gmail.com
-Instagram: @hectoracebo
-Twitter: @HectorAcebo

lunes, 28 de septiembre de 2009

Rellán, una presencia sobria y emocionante

Resulta injusto que no celebremos más a menudo el magisterio de nuestros eminentes actores secundarios

Hay en el cine patrio una prodigiosa raza de actores (los más jóvenes rozan hoy la cincuentena) que, gracias a sus infinitos recursos de naturalidad, parecen haber interpretado toda la vida un papel concreto. José Luis Garci prolongó esta tesis en su extinto programa ¡Qué grande es el cine! (La 2): “No hay un actor americano que pueda hacer lo de Miguel Rellán en El bosque animado (J. L. Cuerda, 1987)”. El personaje al que se refiere Garci es, en efecto, el benévolo fantasma de Fiz de Cotovelo, que vaga en pena por la gallega fraga de Cecebre, donde un buen día se topa con Fendetestas. Este bandido afable (encarnado soberanamente por Alfredo Landa) y el ánima entablan una de las amistades más entrañables de nuestro cine. Paradójicamente, el elogiado Rellán –tan modesto como exigente– siente “una especie de respetuoso desprecio por ese personaje unilateral que tan poco trabajo me costó interpretar”.


Humanizar el mito

“No hice de fantasma –me confiesa Rellán, de 65 años–, sino de un hombre que se cree un fantasma”. Tal vez ahí esté la clave. El talento del actor para humanizar (a través del humor, de la melancolía y de la desesperación) un personaje mitológico, sorteando la astracanada. El talento, en fin, para preservar (de la mano del magnífico guionista Rafael Azcona) ese característico sincretismo gallego (los miedos más ancestrales se mezclan con la descarnada realidad) que revolotea por la obra de Wenceslao Fernández Flórez (el autor de El bosque animado). Por otra parte, el inteligente Rellán no interpretó exactamente a un fantasma, sabedor de que, como defendiera Fernán-Gómez, el empeño del actor es metafísicamente imposible, porque no puede ser otro (y mucho menos un ánima): “Inevitablemente actúas. O, mejor dicho, haces de ti fingiendo”.


Tomar en serio la comedia

Este Rellán es –como el que escribe– un partidario absoluto de la austeridad: “En la comedia, la gracia está en la situación, como dijo Billy Wilder. No hace falta, por tanto, que hagas el payaso o pongas una cara rara. Es más preferible que te tomes en serio el desastre que está sucediendo, pongamos, en la mesa”. En ese sentido, el homérico trabajo realizado por el actor tetuaní en Tata mía (J. L. Borau, 1986), que le valió un Goya (convirtiéndose en el primer actor en ganar tal premio), debería ser visionado obligatoriamente por cualquier aprendiz de fingidor. Rellán (que interpreta, sin caer en la caricatura, a un falangista receloso) no irrumpe en el cuento de hadas: lo rompe. Este espigado actor secundario impregna la casa familiar con emanaciones de un impetuoso carácter (que es el de otra época, ya concluida), poniendo al servicio de Borau (quien no duda en exprimir los planos generales) la práctica totalidad de su cuerpo.


El milagro interpretativo

Poco importa que el rostro de Rellán no sea demasiado expresivo o donoso. De la misma forma que su presencia desprende en la pantalla un magnetismo envidiable, sus silencios y sus fraseos (el efecto de formar, enunciar y entonar las oraciones) son tan emocionantes, convincentes y sobrios que llegan a superar las deficiencias de algunos guiones parcos. “Toda mi aspiración –afirma el cómico tetuaní– pasa por conectar con uno de los espectadores”. Unas veces de forma soterrada (cuando la gracia y la ironía se aúnan bajo un poso de amargura: tomemos como ejemplos la serie de TV Compañeros; El bosque animado; las dos entregas de El crack, 1981 y 1983, de Garci; Sangre de mayo, 2008, también del mismo cineasta...) y otras con risotadas más o menos abiertas (Amanece, que no es poco, 1988, de Cuerda; El vuelo de la paloma, 1989, de García Sánchez; La vida alegre, 1987, y Bajarse al moro, 1988, ambas de Colomo...), ese “milagro interpretativo” se da en la mayor parte de sus trabajos. Qué duda cabe.


Una metodología teatral para el cine y la televisión

“¿No resulta injusto que no celebremos su magisterio, que no les convoquemos para nuestras reuniones de sociedad, que no les llamemos para nuestras películas, que no premiemos su experiencia?”, escribió hace un tiempo en El Mundo Méndez-Leite. El realizador y crítico se refería a nuestros eminentes actores maduros, secundarios en su mayoría, como Emilio Gutiérrez Caba o el propio Rellán. Si bien es cierto que en el celuloide la carrera del tetuaní es vasta (unas setenta películas alumbran su currículum), siendo dirigido por algunos de los más grandes cineastas españoles (Fernán-Gómez, Saura, García Berlanga…), a mí también me indigna verlo haciendo algunos papeles insignificantes (y pienso, por ejemplo, en Tasio, 1984, de Armendáriz; en Sé infiel y no mires con quién, 1985, de Trueba; o en Cómo ser mujer y no morir en el intento, 1991, de Ana Belén…), muy por debajo de sus posibilidades. Lo cual demuestra, en su reverso, la asombrosa capacidad de este intérprete para (re)crear un personaje, al cual otorga –en un tiempo muy reducido– infinitud de matices. Y es ahí donde interviene la metodología aprendida en el teatro, ese noble arte que ensalza el estudio interior (“La dificultad radica en saber cómo es tu personaje; si bosteza, si llora, si se ríe, si se cabrea…, es secundario”, confiesa Rellán), el perfil, la réplica, la escucha… ¿El resultado de tanto trabajo? Los actores protagonistas se sienten escoltados: y la historia avanza.

“Nosotros, la generación del teatro independiente y clandestino –me confirma Rellán, parafraseando a su colega Santiago Ramos–, nos promocionamos fatal. Claro que nos metimos en este oficio para cambiar el mundo, no para ser actores famosos. La idea del grupo, del proyecto, de la función, siempre estará en nuestra mente por encima de cualquier individualidad.” Ojalá el presente artículo sirva para poner de una vez por todas en su lugar a este fabuloso guardaespaldas, sobre quien se edifica la solidez de muchos repartos; a este profesor de funámbulos que contiene (y dota de credibilidad) como nadie a los personajes excéntricos; a este Rellán cuyo discurso cadencioso siempre desprende autoridad. Y embelesa. En el escenario o en la cafetería.





Por HÉCTOR ACEBO (La Huella Digital, 28/9/09)

Abre la matrícula la Escuela de Música de San Tirso de Abres

La Escuela de Música Tradicional de San Tirso de Abres ha abierto el plazo de matrícula para este curso. Habrá clases de gaita, acordeón, percusión, canto-pandereta, baile tradicional, zanfona, música y movimiento (para menores de 7 años), y solfeo-folclore (común a todas las edades). Las clases individuales tendrán un coste de 30 euros mensuales, y las colectivas de 20. La escuela está gestionada por la asociación cultural «San Tirso del Eo», informa H. A.

La Nueva España, 28/9/09

viernes, 18 de septiembre de 2009

93.- «And it stoned me» (Van Morrison)



«And it stoned me» es el tema que abre el LP Moondance (1970) de Van Morrison. El cantante irlandés cuenta que a la hora de componer esta canción se inspiró en una experiencia de su infancia: «Creo que tenía sobre doce años. Solíamos ir a un sitio llamado Ballystockart a pescar. Parábamos en el pueblo cuando íbamos de camino a este lugar e iba a una pequeña casa de piedra, y había un hombre viejo, y le preguntamos si tenía agua. Nos dio agua que dijo era del arroyo. Bebimos un poco y todo pareció pararse. El tiempo parecía estar parado. Durante cinco minutos todo estuvo tranquilo y yo estaba como en otra dimensión. Eso es de lo que trata la canción.» Uh, the water!

martes, 15 de septiembre de 2009

El grupo «San Tirso del Eo» estrena con éxito «Ruidos en la casa»


«Sala principal de una casa en pleno campo, de construcción ultramodernísima, un capricho de arquitecto con exceso de imaginación. Fue elegida «Casa del año» por la popular revista «Nuestro Hogar». Desgraciadamente, eso ocurrió en 1965 y la casa sigue sin venderse (...)». Así comienza «Ruidos en la casa», la disparatada comedia de Anthony Marriott y Anthony Foot que el grupo de teatro «San Tirso del Eo» llevó a escena por vez primera el pasado viernes en San Tirso de Abres, informa Héctor ACEBO. Unas 150 personas de todas las edades se troncharon de risa esa noche en la reducida Casa de Cultura municipal.

(La Nueva España, 15/9/09)

jueves, 10 de septiembre de 2009

La Virgen de Covadonga, también en San Tirso de Abres


Los vecinos de San Tirso de Abres han celebrado el Día de Asturias con una jornada muy ecléctica. En la Iglesia de San Salvador hubo misa, seguida de procesión con la Virgen de Covadonga por la calle principal de O Chao (capital del concejo). La magnífica talla de madera de castaño de la Virgen, que preside desde hace dos años el templo, lleva la impronta del artesano local José María Bouza, informa Héctor ACEBO. Muchos fueron los vecinos que, tras la jubilosa procesión (en la imagen), se acercaron a una tasca móvil donde se repartieron gratuitamente productos artesanos cocidos en horno de leña y amasados con la harina de trigo procedente de la Festa da Malla celebrada días atrás.
(La Nueva España, 10/0/09)

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Kramer Vs Kramer: ¿Qué les pasa a los hombres?

Olvidable desde el principio
Por DANIEL LOBATO

Si lo que buscas es pasar un rato de total intrascendencia que roce el aburrimiento, ¿Qué les pasa a los hombres? es tu película. Empapándose de convencionalismos y clichés, el film ofrece una imagen de la mujer –en un intento de hacer una comedia– con unos valores muy anticuados y machistas, de mujeres cuya única ambición en la vida es cazar un buen hombre con el que casarse y formar una familia.

El director Ken Kwapis presenta varias historias acerca de las relaciones entre hombres y mujeres que pretenden abordar la mayor parte de las posibilidades que se dan, pero realmente lo que tienen en común todas ellas es su falta de interés, son historias vacías y carentes de fuerza.

La película cuenta con muchas caras bonitas y algunos actores con más nombre que talento para llamar la atención, pero el estar tan estereotipada, con unos personajes muy planos y un humor que se queda en las intenciones, la cinta pierde su gancho mucho antes de cumplirse las dos –largas– horas que dura.

Las interpretaciones, discretas ellas, no dan mucha opción a entrar en valoraciones. El ejemplo lo tenemos en Ben Affleck, que lejos de actuaciones como las de La sombra del poder o Hollywoodland, nos ofrece el mismo registro que tanto se le ha criticado en cintas como Pearl Harbor: mucha pose y poca alma en el personaje. Más de lo mismo se puede decir del resto.


La señorita Scarlett Johansson, para alegría de muchos, está para mostrar sus atributos, pero poco más… y francamente, por lo que cuesta una entrada de cine hoy día, es de recibo ofrecer algo más.

No todo podía ser negativo. La trama protagonizada por Ginnifer Goodwin y Justin Long es la que, con menos pretensiones, logra esbozar más de una sonrisa en el espectador. Y cómo no… Jennifer Connelly. Los años le están sentando como a nadie a la neoyorquina, en todos los aspectos.

Con un atractivo que lo inunda todo a su alrededor y una mayor verdad en sus ojos, se cree sus personajes transmitiéndolo a través de la pantalla. Lástima que lo demás no la acompañe como se merece.


--------------------------------------------------------------------------------

Realismo posmoderno
Por HÉCTOR ACEBO

No suele el formato de las actuales series televisivas (tan dadas al discurso moralizante chanflón, a la voz en off remachada por musiquitas de videojuegos, a las líneas narrativas conectadas a partir de últimas frases, poses o tics), no suele el formato de las series, decía, ajustarse al séptimo arte, deudor de una fórmula literaria llamada elipsis que obliga a contar sólo lo estrictamente necesario. Ni un plano de más, ni un plano de menos.

El guión de Qué les pasa a los hombres (cuyo título original, He’s just not that into you, viene a decir Él no está interesado en ti) está basado en una obra de Grez Behrendet y Liz Tuccillo (guionistas de la serie Sexo en Nueva York). Al parecer, se trata de uno de esos vulgares best-seller de auto-ayuda que tanto gustan a los treintañeros (de la clase media-alta, en este caso) emocionalmente escasos.


A ese estereotipo responden en el filme los protagonistas, encarnados por rostros donosos y conocidos (Scarlett Johansson –a años luz de Match point o Lost in translation–, Jennifer Connelly, Jennifer Aniston, Drew Barrymore…). Son personajes sin matices, mal dirigidos, como tantos otros de la vida misma. Pensándolo bien, tan realista es el filme que se permite el lujo de introducir entrevistas a la gente de la calle con el fin –imagino– de objetivar lo que se está viendo. Para que todos ustedes se reconforten en las desgracias ajenas, en la igualdad de caracteres…, pese a que una semana más tarde probablemente hayan olvidado (¡como en la vida!) el título y el argumento.

Tan realista es esta comedia –decía– que la cámara del director Ken Kwapis apenas se mueve sola durante los 129 minutos del metraje, salvo en una escena final (jugando con unos espejos). Porque la puesta de escena es la vida misma. Un pub novísimo, una oficina confidencial, una calle de diseño, un salón amenizado por los teléfonos móviles (tan traicioneros). Para qué forjar un travelling, si pueden marearse, y las palomitas cada vez están más caras… Para qué interrumpir con una elipsis el discurso, si aquí vienen, en fin, a entretenerse. Como cuando espían (o ponen a parir) al vecino.


--------------------------------------------------------------------------------

Qué les pasa a los hombres
Dirección: Ken Kwapis.
Intérpretes: Ginnifer Goodwin, Scarlett Johansson, Bradley Cooper, Jennifer Aniston, Jennifer Connelly.
Género: comedia. EE UU, 2009.
Duración: 129 minutos.



(La Huella Digital, 9/9/09)

«Ser Pueblo Ejemplar sería un reconocimiento a la gente de San Tirso de Abres»

«Hay que superar la xenofobia regionalista, nuestra cultura tradicional interesa más allá de las fronteras administrativas»

ÁNGEL PRIETO SOUTO Presidente de la asociación cultural «San Tirso del Eo»


San Tirso de Abres,
Héctor ACEBO

Cuando los vecinos o los periodistas le preguntan acerca del incalculable tiempo que dedica a la asociación cultural que preside desde hace siete años, explica: «No hago más de lo que puede hacer el presidente de una peña de fútbol». Pero cuesta creerle porque Ángel Prieto, presidente de la asociación «San Tirso del Eo», de 30 años, empuña el mayal en las representaciones de la cosecha del trigo, interviene en conferencias y debates, colabora en los programas de radio locales... E incluso el año pasado se subió al escenario junto al resto de miembros del grupo de teatro que gestiona su colectivo. Recién terminada la XXI Semana cultural santirseña, hace balance.

-La Sociedad Humanitarios, de San Martín de Moreda (Aller), otorgó el galardón «Espiga de Escanda de Oro» al colectivo que preside. ¿Se lo esperaba?

-Para nada. Nuestro querido Luis Felipe Fernández nos presentó a la candidatura. Es una doble satisfacción: por una parte, un colectivo del occidente recibe un galardón de la zona de las Cuencas; por otra, el galardón en sí es un referente de reconocimiento en el ámbito de la cultura tradicional.

-Ustedes hacen tantos intercambios culturales con los pueblos de Asturias como de Galicia.

-¿Por qué no relacionarse en los 360 grados? No entiendo que haya que mirar sólo en 180 grados. La xenofobia regionalista hay que superarla. Nuestra cultura tradicional, tal y como la mostramos con el Grupo de Portadores de Tradición Oral, interesa más allá de las fronteras administrativas.

-¿San Tirso de Abres tendrá el reto de ser, por segundo año consecutivo, Pueblo Ejemplar de la mano de «San Tirso del Eo»?

-Sí, nuestra asociación ha vuelto a presentar a la Comunidad Vecinal de San Tirso de Abres al premio que mencionas. Es un proyecto, un reto, con cierto toque utópico y cierta parte de realismo. El premio sería, sin duda, un reconocimiento a estas gentes que, alejadas del centro de la región, supieron salir adelante gracias a su forma de organizar la vida.

-¿Satisfecho con el resultado de la XXI Semana cultural?

-Por supuesto. Un año más, desde la junta directiva nos esforzamos en apostar por actos históricos y de actualidad. El Foro de Educación, el Encuentro de Asociaciones, la VII Festa da malla, el concierto didáctico de la Escuela de Música Tradicional «San Tirso del Eo», gestionada por nuestro colectivo, la entrevista radiofónica al economista José Manuel Muñoz Puigcerver, dan fe de todo el esfuerzo llevado a cabo.

-Jesús Ferreiro ha sido el primer pregonero de la Semana Cultural que se dedicó a la política.

-Todos conocen a Ferreiro (primer alcalde demócrata local, expirado el franquismo) y sus magníficas obras. Hacerle pregonero fue un acto de justicia: el lema de esta Semana Cultural no era otro que el trigésimo aniversario de la democracia local, sin la cual no tendríamos cabida las asociaciones. Ferreiro transformó el pueblo, y en la faceta cultural impulsó proyectos varios de interés relevante. El pueblo le acogió magníficamente.

«Los habitantes de la zona, alejados del centro, supieron salir adelante gracias a su organización»

«Hacer pregonero este año al ex alcalde Jesús Ferreiro fue un acto de justicia; transformó el pueblo»

«En la Semana Cultural nos esforzamos en apostar por actos históricos y de actualidad»

(La Nueva España, 9/9/09)

El grupo «San Tirso del Eo» lleva a escena el viernes «Ruidos en la casa»

San Tirso de Abres,

Héctor ACEBO

El grupo de teatro «San Tirso del Eo» (gestionado por la asociación santirseña homónima) estrenará este viernes en San Tirso de Abres la obra «Ruidos en la casa», de los autores Anthony Marriott y Foot. La representación tendrá lugar a las diez de la noche en la Casa de Cultura municipal.

Según cuenta Juan Carlos Parapar (coordinador del Grupo de Teatro «San Tirso del Eo»), «"Ruidos en la casa" representa a personas extravagantes que, sin quererlo, pasan en un hogar moderno e inhóspito la noche más disparatada de sus vidas».

También anuncia Parapar que dicho grupo de teatro, constituido en 1987, da por finalizada la exitosa representación de «Tres sombreros de copa» (comedia de Miguel Mihura), que desde comienzos del verano pasado les llevó a actuar en diversos puntos de la geografía asturiana y gallega.

(La Nueva España, 9/9/09)

viernes, 4 de septiembre de 2009

Una sensualidad perdida


En mi penúltimo artículo publicado en esta misma revista decía, parafraseando al Che, algo así: ¡Qué tiempos estos en los que hay que luchar por lo evidente! Sea o no éste un espacio de opinión (que lo es), aspiro de nuevo a cribar la realidad, a ser lo más preciso posible en la apasionante búsqueda del decir. Manifestar con las palabras adecuadas el pensamiento: he ahí la verdadera misión del periodista o el escritor.

Leía yo hace no mucho en la Red una entrevista a la exuberante (tanto que me da grima, lo cual no es ningún óbice para indagar) cantante portorriqueña Noelia. Tras la lectura de unas declaraciones pueriles (“El clímax es el punto más alto que puedes lograr después de una relación sexual, el momento en que se desborda el placer”) y endebles (“Lo he hecho en un avión privado, en un vuelo de Los Ángeles a Las Vegas… Fue excitante, pero me puse muy nerviosa”), me topé con una aserción cuando menos paradójica: “Me siento una mujer extremadamente sensual”. Tal calificativo creo que constituye el súmmum de la falta de rigor y precisión terminológica. Según la RAE, sensualidad es la “propensión excesiva a los placeres de los sentidos”. Sexualidad, en cambio, hace alusión al “conjunto de condiciones anatómicas y fisiológicas que caracterizan a cada sexo”. Otra acepción del mismo vocablo es la siguiente: “Apetito sexual, propensión al placer carnal”.

Esta Noelia (mundialmente conocida por haber protagonizado un vídeo pornográfico casero) podrá ser sexual o carnal, pero dudo mucho que desprenda algún tipo de sensualidad, que sugiera, que explore las fronteras de su cuerpo… Todo lo contrario: hablando o posando (el verbo sustituye aquí al gesto, y viceversa) siempre muestra. En el erotismo, se necesitan, en efecto, no pocas gotas de elegancia, imaginación, juego, seducción y misterio, a fin de alcanzar la voluptuosidad. ¿Un ejemplo literario? “Lúbrica polinesia de lunares / en la pulida mar de tu cadera.” (Ángel González). En la pornografía, por el contrario, vale lo chabacano, lo insulso, lo exagerado… Y ahí es donde se mueve Noelia, quien tal vez sea disléxica (es evidente la paronomasia que brota entre los vocablos sensual y sexual), inculta… o simplemente tenga mal gusto.

A propósito, Valle-Inclán prefería la incultura al mal gusto. En las páginas de la revista La Esfera (1905), el autor de Luces de bohemia se justificaba de la siguiente manera: “(…) Un público inculto tiene la posibilidad de educarse y ésa es la misión del artista. Pero un público corrompido (…) es cosa perdida”. Tan cierto como terrible.

Por HÉCTOR ACEBO (La Huella Digital, 4/9/09)

miércoles, 2 de septiembre de 2009

91.- «Help me» (Sonny Boy Williamson)


La versión que hizo Morrison de este tema en It's too late to stop now (y también en A night in San Francisco) es colosal.

San Tirso de Abres lleva la «malla do trigo» a Santa Eufemia


El Grupo de Portadores de Tradición Oral de San Tirso de Abres se desplazó el domingo, bajo la batuta de la asociación «San Tirso del Eo» y en colaboración con el Ayuntamiento de Villanueva de Oscos, a Santa Eufemia, el entorno idóneo para recrear una «malla do trigo». Entre aplausos, los santirseños hicieron la exhibición (en la foto) con el tradicional «malle», un instrumento que, según explicó el presidente de la asociación, Ángel Prieto, se utilizó hasta la segunda década del siglo pasado. El «malle» está formado por dos palos (uno de los cuales golpea el trigo) unidos por una correa de cuero. Tres portadores santirseños y un vecino de Villanueva fueron los encargados de la muestra, informa H. ACEBO.
(La Nueva España, 2/9/09)