Bitácora de Héctor Acebo, poeta, periodista cultural y doctor en Periodismo

Bitácora de Héctor Acebo, poeta, periodista cultural y doctor en Periodismo.
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martes, 30 de octubre de 2007

"Hay un malentendido con Narciso"

En un artículo en forma de carta publicado el mes pasado en El Correo, Arcadi Espada critica un atentado a la libertad de expresión que se produjo recientemente cuando la poeta Cristina Peri Rossi fue despedida de la emisora pública por no hablar en catalán.

El autor pone en entredicho estos treinta años de democracia, ya que las élites españolas que dirigieron la Transición son los culpables del "amormamiento" con el que juegan los gobiernos autonómicos. Y es que el Estatuto, al igual que la televisión o la escuela, "no describía la realidad, sino que indicaba cuál iba a ser a partir de entonces, obligatoriamente, la realidad".

En ese sentido, todos los periódicos y emisoras públicas, excepto El Mundo, silenciaron en un principio el hecho. Pero la insistencia del diario dirigido por Pedro J. Ramírez, y la valentía de muchos bloggers (entre ellos famosos) que apoyaron a Peri Rossi, obligó a que las autoridades políticas tomaran parte en el asunto. Así pues, los directivos de la cadena, en última instancia, reconocieron su error y llamaron a la poeta a fin de solucionar el asunto.

La moraleja que desgrana Arcadi Espada al final del texto es contundente: "Los medios ignoran la realidad, pero la realidad regresa en forma de decadencia". Es decir, la tergiversación termina siendo aclarada, en muchas ocasiones, por los propios ciudadanos. Y es ahí donde el articulista compara al poder con un Narciso "que nunca se miró al espejo".

Para terminar, Arcadi Espada subraya que "el catalán es la lengua propia de la Generalitat de Cataluña". Lo que en otras palabras quiere decir que la sociedad es capaz de olvidar el derecho a la información de la ciudadanía a fin de que "triunfa la lengua" y el Estatuto que ellos mismos refrendaron.

H. A. B.

jueves, 25 de octubre de 2007

A propósito de El orfanato (J. A. Bayona, 2007)

Arde el mar
HÉCTOR ACEBO BELLO

La mirada temeraria de Laura (Belén Rueda)


La escena del escondite inglés que ilustra el comienzo de la película, y que se vuelve a repetir, de un modo escalofriante al término de la misma cuando Laura -Belén Rueda- resucita a sus viejos amigos, podría servir como el contraste definitivo y definitorio de la filosofía de El orfanato. Y es que en la ópera prima de J. A. Bayona conviven, con resentimiento por ambas partes, la infancia robada y la madurez temeraria que transmite, con una simple mirada, Belén Rueda. Pero el tema principal no es tanto el miedo a hacerse mayor como la ceguera que produce el paso del tiempo. Porque, como decía Leopoldo María Panero en El desencanto (Jaime Chávarri, 1976), "en la infancia, vivimos; después, sobrevivimos". En ese sentido, los diálogos de Simón con su amigo imaginario de la cueva (es decir, su propio "yo") asombran a su madre, quien pretende rescatar tan sólo lo bueno de su paso por el orfanato. Así pues, sólo llegará a sumergirse en la mente alucinatoria de un niño -Rascowski se refería a la visión prenatal, aunque no estaría de más volver a hablar de dementia praecox- cuando le arrebatan lo que un día, acaso en un sueño, fue suyo. Para muestra, la violentísima escena en que, a través de un travelling circular, la madre desesperada lucha entre las olas en el intento de arrancar la máscara de su hijo.

Laura (Belén Rueda) persiste en el empeño de arrancar la máscara de su hijo.



Pero si algo llama la atención en El orfanato, es la amalgama de influencias que utiliza Bayona para describir todo tipo de situaciones escatológicas y terrorifícas, que se concentran, a modo de metáfora, en los retales de la máscara de Tomás, el amigo imaginario (?) de Simón. El tratamiento simbólico de las deformidades muestra, en efecto, la admiración por El hombre elefante (1980) del siempre polémico David Lynch. Incluso Blue velvet (1986) deja su huella macabra en la escena en que Belén Rueda acaba tirada en el suelo del refugio de sus amigos, sudada y barnizada con polvo cadavérico, en un intento por salvar la originalidad del guión, tan previsible desde el momento en que la viejecita visita la mansión: esto es, el ecuador del film. Otro personaje clave -ahora para bien- es el médium que encarna Geraldine Chaplin con un claro referente: Poltergeist (Tobe Hopper, 1982) a la hora de poner en práctica el contacto de la Vida con la Muerte.

Eso sí, a pesar de la elegancia que transmite -en parte, gracias a la belleza salvaje de la playa de Llanes (Asturias)- la estética de El orfanato, no debemos olvidar que la idea (conseguida con creces, por cierto) de moldear a Laura (Belén Rueda) con una psicología tan sobrecogedora como estéril, olvida el tratamiento de personajes importantes (dejando a un lado ya a la mentada viejecita) como, por ejemplo, su propio marido, que permanece preocupado/evadido en todo momento, como si le resultase enorme el papel que representa la heroína. Qué duda cabe de que lo que sí consigue Bayona, al menos ante los ojos de este espectador, es un apasionante viaje sin retorno a las entrañas del Nunca Jamás. A propósito de la Ley de Memoria Histórica, no olvidemos el pasado o arderá nuestra memoria. Como el mar.

H. A. B.
Madrid, 24/10/07

martes, 23 de octubre de 2007

Simbolismo

En "Náufragos", un reportaje literario publicado este verano en El País, el director de cine Fernando León de Aranoa cuenta que no se puede permitir, según la laye del mar, que los inmigrantes africanos rescatados caminen "en harapos". Es decir, la sociedad occidental, en un intento de guardar las apariencias, viste a los ojos obscuros de blanco para proclamar a los cuatro vientos que es una sociedad democrática. Pero esta mascarada -en justa expresión de Pere Gimferrer- se rompe cuando el crucero Europa desembarca en su imperio homónimo, cumpliéndose de forma inevitable la idea del Nobel irlandés W. B. Yeats: "la rosa simbólica se convierte en flor".

Cabe señalar, no obstante, que esa extraña flor, acaso del mal, se riega con sulfato de conserva. Y es que, después de haber sido camuflados con trajes de Armani durante su estancia en el mar (símbolo, para los románticos, de libertad), la realidad (o mejor dicho, el realismo) vence a la ingenuidad. Y es ahí donde se impone aquello que León de Aranoa define como la "ley de la tierra".

"La ley del mar está muy bien, pero interfiere con las leyes del mercado". Esta frase, esculpida, por algún comercial del barco simbólico, resume a la perfección aquella que conocemos como apariencia: esto es, la filosofía (por llamarla de algún modo) que, desgraciadamente, triunfa a día de hoy.

De nada sirve hablarle a Khaled (el inmigrante protagonista de Aranoa) de tasas, leyes o impuestos: ¡él no ha viajado a otro país que no sea aquel que se conoce, según los lumbreras de este continente, como Guerra Civil!

En el s. XIX, Galdós expuso en su obra capital una idea que permanecerá de aquí a la eternidad: si regaláis migas de pan a Benina, no es más que por Misericordia. Al albor del s. XXI, León de Aranoa nos recuerda lo poco que hemos avanzado en términos jurídicos.

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  • Texto: H. A. B.
  • Imagen: BERNARDO PÉREZ (El País).

domingo, 21 de octubre de 2007

Interpretación de Julio César (W. SHAKESPEARE), III

PORCIA.- Quisiera que ya hubieras ido y venido
antes que decirte a qué tienes que ir.
(W. SHAKESPEARE, Julio César, cap. II.iii)



El lenguaje que emplea Shakespeare en Julio César cumple una importante función persuasiva (desde el principio, los personajes tienden a instar a los otros: Bruto a Casio, Casio a Bruto, Marco Antonio a Bruto, etcétera). Pero esta persuasión se materializa, sobre todo, en dos hechos que cambian el curso de la obra: el primero, después del homicidio de César, cuando Bruto logra convencer a la opinión pública de que la muerte del líder está justificada porque, bajo su mandato, se pondría fin a la República. El segundo hecho, cuando Marco Antonio entra en escena y logra, con su discurso de despedida a César, poner al público en contra de los conjurados.

A la hora de analizar esta estrategia persuasiva, debemos tener en cuenta los discursos que utilizan Bruto y Antonio a lo largo de la obra. Por una parte, Bruto se vale del retoricismo para intentar hacer creer a la gente algo que no pueda demostrarse: esto es, la supuesta idea de César de convertir a Roma en una monarquía. (“...Querríais tener vivo a César y morir todos esclavos, o preferís tenerle muerto y vivir todos libres?...”, cap. III.ii). Antonio, por otra parte, se vale de la manipulación para que su discurso salga a flote. La mente maniobrera de este personaje se pone de manifiesto cuando, en presencia de Bruto, acepta a los conjurados si les demuestran que César merecía la muerte. De esta manera, Antonio consigue ser aceptado por Bruto y compañía (que le conceden el privilegio de participar en la despedida de César) para pasar a destruirlos desde dentro. Pero no debemos olvidar ese valor emocional que impregna todas sus palabras -que probablemente sea cierto, ya que estaba a favor de César- y que repercute a la hora de que la gente crea sus palabras, siempre tan cercanas (“...Yo hablo sin floreos; / os digo lo que sabéis; os muestro las heridas / de César (pobres, pobres bocas mudas) / y les pido que hablen por mí...”, cap. III.ii). De aquí se desprende, dado el fracaso del discurso de Bruto, que los políticos y los relaciones públicas necesitan creerse las ideas que van a transmitir al público. De nada sirven los floreos y las palabras rebuscadas, que confunden al espectador (“Señores, que se os vea despejados y risueños; / que el semblante no revele nuestra empresa”, Bruto, cap. II.i). O, lo que es más importante, no es conveniente hablar sobre algo que no se sabe (por ej.: cuando Bruto promete a Marco Antonio justificar la muerte de César, lo cual nunca se cumplirá, dando lugar al senador para conspirar a sus anchas).


Y es que cuando una empresa se fractura, surgen, inevitablemente, divisiones y luchas a la hora de acceder al poder. Esto puede verse, si cabe de forma más clara, cuando Bruto ataca a Casio en un momento clave de la obra. Este conflicto que sucede dentro de la misma casa impide que los conjurados preparen de forma adecuada la guerra. Lo mismo sucede en cualquier otra empresa cuando no hay compenetración entre sus miembros. Ahí está el ejemplo de la Guerra Civil: los rebeldes estuvieron unidos en todo momento, mientras que los republicanos se disgregaron a lo largo de todo ese tiempo (comunistas y socialistas por un lado, anarquistas por otro, etcétera), lo cual supuso la victoria de Franco. Marco Antonio es un claro ejemplo del éxito de las empresas organizadas: “...Formemos un ejército / en seguida. Por tanto, sellemos nuestra alianza, / escojamos a nuestros amigos y extendamos / nuestros medios. Y no tardemos en reunirnos / por ver el mejor modo de mostrar lo que se oculta / y de afrontar los peligros manifiestos...” (IV.i).

La conclusión es clara: si no partimos de un análisis adecuado de la realidad, no funcionará la estrategia de la empresa. El diagnóstico preciso es esencial, no vale cualquier otro antibiótico. Shakespeare, en boca de Casio, lo expresó mejor: “La culpa no está en nuestra estrella, sino en nosotros mismos”.

sábado, 20 de octubre de 2007

Interpretación de Julio César (W. SHAKESPEARE), II


BRUTO.- De un trabajo que sanará a los enfermos.
LIGARIO.- ¿No de un trabajo que enfermará a algunos sanos?
(W. SHAKESPEARE, Julio César, cap. II.i)

Gracias a la excelente pluma de Shakespeare, nos sumergimos en la Roma clásica y llegamos a la conclusión de que la política actual -esto es, la lucha por el poder- apenas ha evolucionado en comparación con la de aquellos tiempos. He aquí uno de los grandes valores de las obras maestras de la literatura, que nos permite conocer la Historia sin haberla vivido -por lo menos físicamente-.

Volviendo a lo de antes, me interesa resaltar, por encima de todo, el lenguaje político que utiliza Shakespeare a lo largo de toda la obra. Estamos, pues, ante una obra de temática actual, que plasma la insumisión, por un lado, y, las ansias de poder, por otro, que nos caracterizan desde el principio de los tiempos. En relación con el contenido de la obra, en 1936, en nuestro país, ocurrió una supuesta traición política: Francisco Franco, que estaba dentro de la República con el cargo de Jefe del Estado Mayor del Ejército, se rebela y apoya un Golpe de Estado, dando lugar a la Guerra Civil (1936-1939) y, más tarde, a una dictadura fascista que se prolongaría durante casi cuarenta años.

Shakespeare se apropia de la “intrahistoria” -en expresión unamuniana- para moldear con mimo a cada uno de sus personajes, que representan los sentimientos de la humanidad. Todo esto se plasma en los diálogos -esto es, la semilla del teatro-, en verso, con frases memorables para la historia de la literatura.

Estamos, por tanto, ante una obra fundamental para analizar la sociedad. No sólo recomendaría Julio César a los amantes de la literatura, sino también a todos aquellos que quieran entender cómo funciona (y cómo se corrompe -no hay más que ver la traición de Bruto-) un partido político o una empresa. Es ésta obra un verdadero reflejo de la ambición humana, que se plasma en la fina línea que separa a la lealtad del crimen: todo parece justo cuando el camino es el poder.
Para terminar, la moraleja del cuento, a cargo de Solón: “Aprende a gobernarte a ti mismo antes que a gobernar a los demás”.

viernes, 19 de octubre de 2007

Interpretación de Julio César (W. SHAKESPEARE), I

LIGARIO.- Acepta los buenos días de esta lengua decaída.
(W. SHAKESPEARE, Julio César, cap. II.i)


William Shakespeare recrea en esta tragedia la conspiración de Marco Bruto contra Julio César. Bruto, el mejor amigo de César, teme que éste convierta, bajo su mandato, la República en una monarquía, así que logra convencer a Casio -su cuñado- con el fin de acabar con un “tirano” como César.

El asesinato, que se produce en el Capitolio, pone de manifiesto la traición de Bruto a su mejor amigo (Et tu, Brute?, le dice César –que no sospechaba lo que iba a suceder, a pesar de la premonición de un adivino– en ese momento).

Tras el homicidio, entra en escena uno de los triunviros, Marco Antonio, partidario de Julio César. Antonio tendrá mucha importancia en el desarrollo de la obra, ya que, a pesar de que en un principio acepta la decisión de Bruto y compañía, pronunciará un convincente discurso sobre el cadáver, llegando a poner a la opinión pública en contra de los conjurados.

Bruto y Casio, que llegan a enfadarse, luchan contra Marco Antonio y el sobrino de Julio César, Octavio. Pero las cosas empeoran para los conjuradores, que optan por suicidarse antes que ser capturados por el enemigo.

Esta excepcional tragedia termina con un homenaje a Marco Bruto, recordado como “el más noble de todos los romanos”.



lunes, 15 de octubre de 2007

Posesión transparente


JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO

La flor de la jara


Yo amaba aquella casa
sin vientos de desgracia.

Era como mi alegre
posesión transparente.

Como la flor blanquísima
que en los jarales brilla.

Tal vez yo por entonces
desdeñara a los dioses.

Pues ni ellos habitaban
en regiones tan claras.

Y así como un castigo
perdí lo que era mío.

Un fuego despiadado
prendió en aquellos campos.

Después no quedó nada.
Ni la flor de la jara.
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Imagen: H. A. B.

viernes, 12 de octubre de 2007

In memoriam (II)

«San Tirso del Eo» rinde un homenaje póstumo a una recordada maestra

Doña Lola, fallecida hace veinte años, ejerció la docencia durante medio siglo

O Chao / Sobredaveiga (San Tirso de Abres),

Héctor ACEBO BELLO

La asociación cultural «San Tirso del Eo» tributa hoy, en San Tirso de Abres, un homenaje póstumo a Dolores González Cuervo (1887-1987), más conocida como doña Lola, una recordada maestra que ejerció la docencia durante medio siglo en el concejo santirseño.

El acto, en el que se implicarán alumnos de la maestra, comenzará a la una del mediodía, en la iglesia parroquial San Salvador sita en O Chao (capital del concejo) con una misa en su memoria. Media hora más tarde, en el cementerio parroquial, se dará paso a la lectura de una reseña biográfica, al descubrimiento de la placa conmemorativa y a una ofrenda floral. Algunos de los alumnos participarán en un recital de poesía para homenajear a la maestra, según cuenta Ángel Prieto, a través de la lírica de José Agustín Goytisolo, Rafael Alberti y Antonio Machado. También habrá interpretaciones musicales.

Entregada

Doña Lola, como es conocida cariñosamente por sus alumnos, nació el 5 de agosto de 1888 en Pigueras (Parres) y, a partir de la segunda década del siglo pasado, ejerció la docencia en Sobredaveiga (San Tirso de Abres), implicándose en muchas de las iniciativas culturales. Republicana declarada, fue premiada con muchos reconocimientos y un siglo de salud: habría de morir en Gijón el 12 de octubre de 1987. Sus restos descansan en el cementerio parroquial de San Tirso de Abres. Ángel Prieto, presidente del colectivo santirseño, subraya que «20 años después de su fallecimiento su recuerdo está presente en la memoria histórica del concejo».

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Texto: H. A. B. - La Nueva España, 12/10/2007

miércoles, 10 de octubre de 2007

Entrevista a AIDA BELLO MARTÍNEZ, técnica del telecentro de San Tirso de Abres




«Actualmente, lo anormal sería no poder resolver cualquier tipo de tramitación a través de internet»

Aida Bello Martínez.


O Chao (San Tirso de Abres),
Héctor ACEBO BELLO

Con 40 años y una sonrisa que rebosa energía a raudales, Aida Bello Martínez parece la personificación del resurgir de la comarca Oscos-Eo en la última década. Tras cuatro años al frente del telecentro de su pueblo natal, San Tirso de Abres, de apenas 600 habitantes, Aida hace balance y, a juzgar por los datos (20.000 usos; 420 socios, de los cuales 40 lo utilizan a diario; más de 100 talleres con la participación de casi 600 usuarios...), parece lograr todo lo que se propone. Quizá su secreto esté en aquellos versos de Cernuda con los que se autodefine Gallardón: «Creo en mí mismo / porque yo algún día seré todas las cosas que amo».

-¿Qué es un telecentro?
-Es un lugar público (y, por lo tanto, libre y gratuito) que el Gobierno del Principado de Asturias creó en colaboración con los ayuntamientos para ofrecer a toda la ciudadanía un lugar en el que poder conectarse a internet, además de tener siempre un equipo disponible para uso ofimático.

-¿En qué consiste su labor como técnico del telecentro de San Tirso?
-La función que desempeño en este servicio rural no es otra que hacer que la mayor parte de los santirseños (y sus alrededores) piense en TIC: esto es, tecnología, información y comunicación. Para ello, necesito mostrar la comodidad, la rapidez y las ventajas que nos ofrecen las nuevas tecnologías.

-¿Cómo lo consigue?
-Una persona piensa en TIC cuando a la hora de escribir a un amigo ya no lleva la carta al buzón de Correos, sino que dice: «Necesito ir al telecentro a enviar un email». O cuando te quedas sin tu bote de perfume preferido y decides ir al telecentro para comprarlo a través de internet porque «ahorro dinero, desplazamiento y tiempo». Eso es pensar en TIC, y se consigue poniendo en marcha muchos talleres e iniciativas que atraigan a todos los usuarios.

-¿Por ejemplo?
-Últimamente ha tenido bastante relevancia la creación de blogs. En ese sentido, la asociación de mayores «San Salvador», de San Tirso, ha trabajado de acuerdo a dos iniciativas. Una de ellas es la de «Mi viejo refrán», un blog en donde han disfrutado recogiendo el refranero local y regional. La otra iniciativa, «Una red de encuentros», puso en contacto, a través del email, a los mayores de San Tirso con los de Candamo. Después contactaron a través de la mensajería y, finalmente, se conocieron a través de la videoconferencia. Para hacer más humana esta socialización, celebramos una jornada de convivencia en Candamo.

-¿Tiene usuarios de todas las edades?
-De todas, pero quizás estemos ante uno de los telecentros a los que más acude la gente mayor (un 60% de los usuarios).

-O sea, que se ha superado la etapa de alfabetización digital.
-Yo podría decir que sí, aunque esa etapa, claro está, hay que ir superándola día a día porque en el concejo hay gente que todavía no hace uso de las nuevas tecnologías. De todas formas, se está rompiendo la brecha digital. Puedo decir que de los 580 habitantes de San Tirso, unos 420 son socios del telecentro. Lo normal es que a diario utilicen este servicio unos 40 usuarios...

-¿Se esperaba que una población rural como San Tirso se adaptase tan fácilmente a la sociedad de la información?
-Yo nunca lo dudé porque todos los usuarios de este concejo colaboran a las mil maravillas, nunca tienen reparo en hacer ningún tipo de actividad o en probar un servicio en un momento dado.

-¿Cuáles son los servicios más demandados?
-De todo un poco, pero últimamente a lo que más acude el usuario es a hacer trámites y gestiones administrativas. Es decir, lo que antes se hacía presencialmente en las oficinas comarcales, ahora se resuelve sin desplazamiento alguno (y sin esperar colas) delante del ordenador.

-Ponga algún ejemplo...
-Dentro de la página del Principado de Asturias los trámites son inmensos, la gente los conoce y cada vez los utiliza más. Los ganaderos, por ejemplo, utilizan mucho el programa «Simogan», dan altas y bajas de ganado sin tener que ir a la oficina comarcal. Es decir, gestionan ellos mismos su explotación ganadera. También se sacan muchas licencias de caza y pesca, se consultan parcelas en la página del Catastro... Lo mismo sucede si quieres buscar el «Boletín Oficial del Estado» o pedir cita a una ITV...

-Resulta paradójico que un concejo rural como San Tirso (apenas 600 habitantes) esté tan familiarizado con las nuevas tecnologías como una ciudad...
-Sí, al principio ni yo misma me lo podía creer. Ni siquiera me lo imaginaba... Pero hoy en día, para mí y para todos los usuarios, lo normal es resolver cualquier tipo de tramitación a través de internet o hacer cualquier trabajo a través del ordenador.

-¿Hay colectivos prioritarios?
-Siempre hay colectivos prioritarios. En estos momentos, lo es, sobre todo, el colectivo femenino. Y es que desde el telecentro pretendemos que todas las mujeres hagan uso de las nuevas tecnologías y aprovechen todas sus ventajas.

-En una zona rural como San Tirso, el telecentro es responsable, en gran medida, de la igualdad de sexos...
-Por supuesto. Hasta hace no mucho tiempo la mujer asturiana estaba muy poco familiarizada con TIC, pero afortunadamente eso ya está quedando en el olvido, pues las estadísticas de uso nos demuestran que está muy igualada la participación de hombres y mujeres en el uso de las nuevas tecnologías. A las mujeres rurales, que estamos alejadas de la ciudad, que tenemos muchísimos quehaceres y que disponemos de muy poco tiempo libre, los telecentros y las nuevas tecnologías nos dan, por fin, la posibilidad de formarnos.

-¿Qué espera del telecentro a partir de hoy mismo?
-Yo ya no voy a decir que se siga incrementando, porque la población no da para más, pero mi propuesta es que sigamos haciendo cualquier tipo de servicio o de trámite a través de internet (por la comodidad y por la facilidad que representa) y que, día a día, continuemos superando la brecha digital. En fin, que mantengamos esta línea.

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Texto e imagen: H. A. B. (La Nueva España, 10/10/2007)