Bitácora de Héctor Acebo, poeta, periodista cultural y doctor en Periodismo

Bitácora de Héctor Acebo, poeta, periodista cultural y doctor en Periodismo.
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viernes, 29 de abril de 2011

Una definición honesta

Manuel Mañero, un apreciado colega, escribe sobre mí en su Twitter:
"Héctor es sencillamente incomparable. Cuando bebía, en vez de babear sobre borrachas, recitaba versos y hablaba de futbolistas de los 90."

Muy pocas veces me han definido de un modo tan honesto. Sin ambages.

Desde esta humilde tribuna, le agradezco al periodista Mañero (que ha hablado varias veces de mi ópera prima, Camas de hierba) todo su apoyo. Y le recuerdo –él sabe por qué– aquellas atinadas palabras que escribiera Manuel Vicent sobre Pep Guardiola:
"Existen dos clases de futbolistas: los que en el campo sólo ven piernas y los que sólo ven espacios. En su tiempo, Guardiola fue un futbolista sintético, que ahorraba tres jugadas con un solo pase."

jueves, 28 de abril de 2011

44.- "De mayor" (Bunbury)



"De pequeño me enseñaron a querer ser mayor,
de mayor quiero aprender a ser pequeño,
y así, cuando cometa otra vez el mismo error,
quizás no me lo tengas tan en cuenta..."

lunes, 25 de abril de 2011

Acerca de la presentación de 'Camas de hierba', mi poemario, en Madrid

¡Albricias! Ya está confirmada la fecha de la presentación de mi libro de poemas, Camas de hierba, en Madrid. Será en la librería Fuentetaja (C/ San Bernardo, 35) el viernes 20 de mayo, a las 19,30 horas.

Mi editor, Pablo Méndez (Ediciones Vitruvio), me ha dado hoy la buena nueva. Mientras tanto, confío en que los ejemplares no tarden en llegar a las librerías...

Fuentetaja es, con más de medio siglo de historia, una de las principales librerías independientes de Madrid.

Queridos lectores, ojalá podamos vernos allí el día 20.

viernes, 22 de abril de 2011

Terra de Miranda


Miranda (la luguesa tierra que va del Miño al Eo), el escenario de muchas de mis creaciones y ensoñaciones.

domingo, 17 de abril de 2011

Portada de mi primer libro, el poemario "Camas de hierba" (Ediciones Vitruvio, 2011)


Ésta es la portada de mi primer libro, el poemario Camas de hierba (Ediciones Vitruvio, 2011), que comenzará a distribuirse después de la Semana Santa.
En esta misma colección, "Baños del Carmen", la editorial ha publicado obras de algunos de mis maestros: Fernando Pessoa, José Ángel Valente, César Vallejo, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca...

Literariamente, uno nunca habia estado tan arropado.

El poemario, escrito entre mayo de 2008 y abril de 2010, está dedicado a mis padres y al poeta (y al amigo) Antonio Martínez Sarrión.

A propósito, el fondo de la portada es negro azabache. Mi escáner debe de estar un poco descolorido...


JUNTOS HASTA LA MUERTE

Aunque tú no estés por la labor
de pasar un verano conmigo,
nuestras soledades se seguirán juntando
eternamente en este poema.
Este poema
que no frecuentas por miedo
a toparte con algún fantasma
tan extremadamente blanco
como el fondo de tus propios
ojos, pies y muslos,
dama del alba.

(H. A.)

sábado, 16 de abril de 2011

Javier Rivera, gozne entre gallegos y asturianos


En los puentes más señalados, en Navidad o en Semana Santa, cuando regreso
–desnortado– al Norte, suelo citar al periodista Javier Rivera (Cervo, Lugo, 1960) en mi San Tirso nativo.

San Tirso de Abres (Asturias) es, en palabras de nuestro malogrado colega local Álvaro Aenlle, un pueblo “de mucho hablar y poco hacer”. Esta ajustada definición de Aenlle –quien fundara en el concejo, en 1917, el periódico anticaciquista “La Argallada”– le sirve a uno para alertar a sus invitados de los chismes, de las miradas insidiosas a las que probablemente tengan que someterse en el bello valle al que da forma el río Eo. Con la llegada de Rivera, hombre de físico privilegiado y verbo crítico (que no cítrico), la expectación está más que asegurada. ¡Ya quisiera uno que sus poemas produjeran en el lector esa extraña mezcla de pavura y exasperación!

En septiembre, se cumplirán tres años del nombramiento de Javier Rivera como director de “La Comarca del Eo”, el semanario informativo y cultural fundado en 1919 por Francisco Lanza, galleguista bibliófilo. Esta publicación ribadense es editada actualmente por “El Progreso” de Lugo, el diario en el que Rivera ha desarrollado la mayor parte de su carrera periodística. Tras más de veinte años como delegado del periódico en la edición de A Mariña, Rivera se trasladó en 2008 a la redacción central de Lugo –donde yo tuve la suerte de tenerlo como maestro–, precisamente un mes antes de que sustituyera a Juan Soto como director de “La Comarca del Eo”. Desde entonces, este Javier Rivera –licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid– compagina, en la misma empresa, los dos cargos.

–¿Qué le aporta a un redactor y columnista de uno de los diarios referentes de Galicia la dirección de un semanario?
–Fundamentalmente, “La Comarca del Eo” me permite estar vinculado a la información y a la actualidad de un pueblo, Ribadeo, con el que tengo una relación familiar. Trato de mantener una vivencia directa y un interés especial por todos los temas, dimes y diretes de la vida de este concejo lucense. Mi gran ilusión es llegar a 2019 y ver cumplido el centenario del semanario, con el fin de mantener vivo el rico legado cultural de Francisco Lanza (el autor de “Ribadeo antiguo”, la obra vertebral de la historia del concejo).

–El río Eo sirve de frontera administrativa –no cultural, pues la lengua materna de la comarca es el gallego– entre el Principado de Asturias y Galicia. En ese sentido, no podemos obviar que “La Comarca del Eo” es, desde sus albores, una publicación leída indistintamente por vecinos de ambas comunidades.
–“La Comarca del Eo” es una publicación concebida en torno al Eo y a los municipios ribereños. Estamos hablando, claro, de una unidad geográfica, cultural y casi social, independientemente de todo lo que sea administrativo. Esos lazos incluso se han estrechado con la apertura del puente de los Santos, que facilita el trasvase de gente entre ambas orillas de la ría, entre los municipios de Ribadeo y Castropol [que pertenece a Asturias]. Nuestro semanario es un medio bilingüe en el que se admiten colaboraciones tanto en gallego como en castellano. Y nuestra ilusión es mantener la cultura y la forma de vivir de todo el entorno social al que nos dirigimos.

–En la ribera del Eo, se venden las ediciones comarcales de “La Voz de Galicia”, de “El Progreso” y del periódico asturiano “La Nueva España”. En comparación con estas publicaciones diarias, el semanario que diriges tiene un factor diferencial: la opinión.
–Así es. Nuestra principal línea de acción es dar cabida a los columnistas y a los comentaristas de la comarca, así como a los colectivos sociales y a los partidos políticos locales. Una vez facilitado esto, intentamos abordar las noticias desde esas perspectivas. Quiero decir: normalmente recogemos colaboraciones que aluden a noticias que ya se publicaron en otros medios durante la semana, pero las enfocamos desde el punto de vista de la opinión. Hoy nos interesaría ampliar nuestra cartera de colaboradores en el occidente asturiano (en Vegadeo, en San Tirso y en Castropol).

–Hablemos de la crítica situación que vive hoy el periodismo escrito. ¿Cuál crees que es su tabla de salvación en estos tiempos tan inciertos?
–Hoy el periodismo escrito tiene, como siempre, su gran tabla de salvación en el intento de contar historias, de narrar cosas con criterios de calidad. Enlazando con la pregunta anterior: lo que tiene buscar siempre un medio es el factor diferenciador. Los diarios estatales ya han explotado las vetas que les permiten las ediciones locales, porque al lector fundamentalmente lo que le interesa es informarse sobre lo que ocurre en su entorno. Eso es lo que nos salvaguarda como ciudadanos y lo que hace que no entren en competencia directa los medios.

–La noticia positiva, en términos de calidad, es que el lector cada vez demanda más los reportajes humanos y de trazo literario.
–Eso va en paralelo con la pérdida de prestigio de la clase política. Quizás, si partimos desde la Transición, nunca tan bajo habían caído los políticos. Y no me refiero sólo a la calidad de la argumentación: los grupos de influencia social ya no suelen integrarse en los partidos, pues éstos han pasado a ser del dominio de unos pocos. Cada vez se ven menos catedráticos y gentes formadas en el mundo de la política. Parece que se reduce todo a unos pequeños grupos de poder y de influencia que intentan controlar la imagen, en lugar de desarrollar proyectos o líneas de futuro. Yo creo que se debe apostar por el periodismo humano sin descuidar, eso sí, la denuncia de tantos casos de corrupción. Unos casos que, a veces, dependiendo de la línea ideológica a la que estén adscritos ciertos diarios, terminan deviniendo en guerras mediáticas.

–Además de la crisis publicitaria, al periodismo escrito le afecta el conflicto derivado de la relación con Internet.
–Efectivamente. Y es así porque, en tanto y en cuanto un soporte informativo se incorpora a la Red de forma gratuita, todos los beneficios que pagan los usuarios están siendo para Telefónica, para Google y para los distribuidores, no para los emisores de la información. Yo propondría que Internet fuese más barato y que se pudiesen cobrar, además, los contenidos, como hace “El Mundo” (con Orbit) o “The Guardian”. A partir de equis números de clientes, este tipo de periodismo podría ser rentable. Mientras no se normalice esta situación, los medios vivirán una grave crisis y no habrá un futuro claro en Internet.

–“La Comarca del Eo” carece de página web. ¿Favorece siempre la normalización de la Red al periodismo local?
–La inmediatez es un punto positivo. Y volvemos a lo de antes: el medio debe volcar la noticia de forma inmediata siempre y cuando le recompensen (bien por la vía publicitaria, bien por la vía de los suscriptores que tenga). En el caso del periodismo diario, es conveniente jugar con los contenidos integrales (textos, imágenes y vídeos). Tocante al caso concreto de la “La Comarca del Eo”, lo que interesa es tener una cita habitual en el papel con los lectores: esa es nuestra esencia. Lo importante es que sostengamos –con sus matices culturales e informativos– la publicación, pues estamos hablando, junto a “El Heraldo de Viveiro”, del semanario decano lucense.

–En estos tiempos inciertos, ¿qué consejo darías al estudiante de Periodismo?–Yo le recomendaría que nunca deje de ser curioso. El periodista es un observador de la realidad, y, por tanto, tiene que tener una curiosidad crítica por todo lo que le rodea. Es la nuestra una profesión vocacional, de manera que debe mantenerse viva la ilusión y la pasión. ¿La fama? No es conveniente tener una perspectiva cortoplacista: el periodista debe aprender y mejorar día a día.

–En diciembre, se cumplirán cien años del nacimiento del escritor y periodista mindoniense Álvaro Cunqueiro –tan admirado por nosotros–, quien escribiera en las páginas del “Faro de Vigo” estas líneas tan reveladoras: “Las cosas, los periódicos, la noticia, además de su rostro tipográfico, tienen una cara secreta, el envés (…) Es la ‘otra cara’ de la realidad, la sustancia de la noticia, lo que queda, la salvación de los periódicos cuando los periódicos, una vez hojeados, entran para siempre y escarmientan en el ¿merecido? territorio del olvido”.
–Cunqueiro aportó al periodismo su visión poliédrica de las cosas, su conocimiento cercano de lo etnográfico y de las raíces culturales. Esos son valores periodísticos elevados, en su caso, a la categoría literaria. El autor de “Merlín e familia” hizo un magnífico recorrido lingüístico por toda Galicia, legándonos los nombres de los lugares, las expresiones de las gentes…


Tras una caminata placentera –pese a algunas miradas insidiosas– por las más céntricas calles de San Tirso, Javier Rivera y servidor llegamos al fin del trayecto que uno había marcado: Robaín, que es como se conoce a la casería y al lugar donde viven mis abuelos maternos.

Habida cuenta de que en la ribera del Eo sustituimos la terminación “–iño” por “–in” (verbigracia: “camín” en vez de “camiño”), sería lógico pensar lo siguiente: “Robaín” es una variante de “Robaíño”, que, al igual que los otros lugares, barrios o aldeas de San Tirso (As Menciñas, A Sela, Naraío, Lourido, Espasande, As Veigas, O Castro, Carracido, A Mourela, O Chao…), se encuentra en la toponimia oficial gallega. Claro que mi abuelo Paco me contó que la nomenclatura del lugar viene dada por una tal María Robaín, quien fue la primera dueña de esta casa centenaria, la cual sería comprada luego por mi bisabuelo Tomás tras su regreso de la experiencia migratoria en Buenos Aires. En vista de que en el lugar sólo había –y sigue habiendo– una casa, es de suponer que el apellido de esa María, Robaín, trascendió en todo el concejo de San Tirso (o Santiso, que es el topónimo auténtico, como bien saben mis vecinos más ancianos). En cualquier caso, toponímicamente, Robaín no desentona con el resto de pueblos y lugares del municipio, que Robaíño se encuentra –como dije antes– en el conjunto de los nombres propios de Galicia: en Moaña (en la comarca pontevedresa de O Morrazo) hay unas tierras llamadas de ese modo. Por lo demás, decir que estas reflexiones pertenecen a un humilde cronista, no a un filólogo, es casi una tautología.

Robaín –parapeto de mi niñez y cubil de mis últimos veranos– es uno de los lugares privilegiados de San Tirso, en parte porque se encuentra en un alto, apartado (pero no lejos) de las demás casas del principal núcleo del concejo. Llano es el terreno. Y fértil. Pues el arroyo que dicen del Lobo (“o rego do Lobo”) está a mano derecha, a escasos metros del hogar, de ahí que uno siempre oiga pajarería cerca. Las fincas de A Redondela, la huerta de O Pombal (es decir, El Palomar), la vega de O Cochuego, la “aira” (esto es, la era), la prodigiosa luz del monte… ¡Todo es verde en Robaín!

Es, pues, una ocasión idónea para descansar, para dejar a un lado las letras, pienso al entrar en la antigua casa de labranza. Pero, indefectiblemente, Javier Rivera no tarda en formular inteligentes preguntas a mi locuaz abuelo Paco –el hijo de Tomás–, el último albéitar santirseño. La eterna curiosidad del periodista, ya se sabe. La búsqueda de un titular interpretativo. La bendita deformación profesional. El gozne entre el hablar y el hacer.

La Huella Digital, 17/4/2011

jueves, 14 de abril de 2011

14 de abril: Ochenta años de la Segunda República


"La libertad no hace felices a los hombres, sencillamente los hace hombres."
(Manuel Azaña)

***

‎"Frente a los intentos de seguir denigrando un periodo que alumbró una de las mayores esperanzas colectivas vividas por el pueblo español, se impone un esfuerzo adicional para que las generaciones jóvenes sepan lo que verdaderamente pasó. La Segunda República fue un serio intento de modernizar y democratizar España. Recibida con alborozo por la población en un ambiente de orden y fiesta, revolucionó la enseñanza y combatió eficazmente el analfabetismo, dando un inédito protagonismo a maestros y docentes; llevó el saber a los rincones más escondidos de la España rural a través de las Misiones Pedagógicas; favoreció el que la vida cultural del país alcanzara niveles de vanguardia; hizo una ambiciosa política de obras públicas; intentó una reforma agraria que terminara con el hambre y las flagrantes injusticias de las zonas latifundistas; llevó a cabo una necesaria reforma militar, e implantó el laicismo, tal vez de manera demasiado radical dadas las circunstancias."
(Félix Santos, El País, 14/4/2008)

miércoles, 13 de abril de 2011

Un delicado experimento de Buckingham

¡Ya está bien por hoy de hablar de uno mismo, de una obra que bebe de tantas fuentes claras y sonoras! Nos vemos en el laboratorio de mi admirado Lindsey Buckingham. "It Was You" es uno de sus delicados experimentos (para ver el vídeo de esta colorida canción, pinchad aquí). Ráfagas de amor y despecho...

Más sobre "Camas de hierba", mi primer libro

Este perpetuo aprendiz de formas ya tiene en sus manos la ópera prima. Me ha dicho el editor que mis Camas de hierba comenzarán a distribuirse después de la Semana Santa. En Madrid, podréis encontrar este libro en la principales Casas del Libro (Gran Vía, Alcalá, Fuencarral...). También llegará el poemario a Oviedo (a la librería Cervantes, por ejemplo) y a Gijón. La presentación madrileña la haremos seguramente a finales de mayo.

martes, 12 de abril de 2011

Un poema incluido en mi primer libro, "Camas de hierba"

EL AMIGO DE LAS CHICAS

De pequeño pensé en hacerme poeta
–o, en su defecto, gay– para elogiar
la ternura y los meandros de las chicas.
Para descalzarlas, para darles un beso
en la mejilla y para decirles (una a una,
entre susurros):
Que descanses. Llámame
por la noche, si te destapas: no vayas a coger frío…

Pero ellas (no sé por qué) en seguida
me vieron como a un amigo…
Y más tarde,
cuando crecimos, comprobé (para mi daño)
que a la mayoría, más que ver lo que les gustaba,
les gustaba lo que veían, fuese lo que fuese.
Como el poeta ahí no tenía cabida,
acabé escribiendo poemas en el otro sentido:
Para decirles lo que les diría
y nunca pude –ni podré– decirles.

Héctor Acebo, Camas de hierba, Ed. Vitruvio, Madrid, 2011

domingo, 10 de abril de 2011

Preliminar de "Camas de hierba" (Ediciones Vitruvio, 2011), mi primer poemario

PRELIMINAR

En su ensayo La llama doble, Octavio Paz escribió en buena analogía: La relación entre erotismo y poesía es tal que puede decirse, sin afectación, que el primero es una poética corporal y que la segunda es una erótica verbal. Es decir, tanto la poesía como el erotismo desvirtúan, para nuestro deleite, sus fines naturales. Así, el erotismo humaniza la sexualidad, poniendo entre paréntesis la reproducción en aras de la ceremonia, de la representación (un ejemplo: la copulación frente a frente, en la que los dos amantes se miran a los ojos, no es practicada por ningún otro mamífero más que por el hombre). Y el poeta, por su parte, se vale, para alcanzar la belleza, de la metáfora y del ritmo –que es, junto a la emoción, la única regla del género–, con lo que, al no mostrar todo el contenido, el lenguaje –exaltado, o, mejor dicho, erotizado– se desvía de la comunicación. Por tanto, si bien es cierto que la poesía y el erotismo nacen de los sentidos, no terminan en ellos: sus actores se ven obligados a dar vuelo a la imaginación, llenando infinitud de vacíos o insinuaciones y dando, en última instancia, un sentido más puro a las palabras de la tribu, como quería Mallarmé. ¡Poemas y ritos!

Camas de hierba es, naturalmente, un título simbólico, con lo que sus dispersos significados tienen, a lo menos, las dos direcciones planteadas por Paz. Por una parte, este título alude a los muslos de una bella muchacha: tengo para mí que recostar la cabeza en esas frescas y suaves camas es una de las ocupaciones más altas que puede alcanzar un hombre. También la poesía –la erotización del lenguaje– es un refugio nocturno y una suspensión del quehacer cotidiano: de ahí que en el libro la búsqueda de este género se confunda, las más de las veces, con la búsqueda exaltada de la mujer. En cuanto a la hierba, ésta apunta tanto al finísimo vello de los muslos como a mi infancia regada por el río Eo, que sirve de frontera administrativa (no lingüística o cultural, como demostró Dámaso Alonso) entre las comunidades de Galicia y Asturias. Hablo, en cualquier caso, de una huida del terrorismo cotidiano –no de una huida de la vida–, de una tentativa de salvación, de un viaje hacia lo misterioso, lo sutil, lo vibrante y lo ignorado. Ese es el único hilo conductor del poemario.

Para emprender el viaje, uno ha jugado con las palabras que más ama (aquellas que sirven para crear shorts, amaneceres agosteños y veredas lucenses) y con otras menos luminosas, tomadas de sus propias vivencias –de la calle y de las aulas–, a fin de crear un cuerpo equilibrado: dulce, que no dulzón. Sí, ojalá haya logrado dibujar una nívea muchacha que danza y, al tiempo, protesta (a través de la ironía y de la reticencia: sin gritar y sin perder el ritmo) cuando sus ignorantes compañeras actúan, en busca de la actual tierra prometida –la fama–, al dictado de los poderosos. Alberti escribió: ¡Oh piernas como dos celestes ríos! La anhelada claridad y la corriente amenazante…

***

Los poemas que siguen fueron escritos entre mayo de 2008 y abril de 2010.

H. A.
San Tirso de Abres, enero de 2011

viernes, 8 de abril de 2011

Acaba de publicarse mi primer poemario, "Camas de hierba"

¡Ya se ha publicado mi ópera prima, Camas de hierba! Me acaba de dar la buena nueva mi editor. Supongo que el poemario todavía no está en las librerías, pues llegó ayer –directo de la imprenta– a la editorial (Vitruvio). El autor no lo tendrá en sus manos, me temo, hasta el próximo martes. Queda por delante, ¡ay!, el largo fin de semana...

Sánchez Ferlosio escribe sobre el "automatismo" del aplauso

Rescato este interesante artículo de Sánchez Ferlosio que versa sobre el "automatismo" del aplauso:

Aplausos
Por RAFAEL SÁNCHEZ-FERLOSIO (El País, 29/11/2010)


Si hay alguna cosa de la que parezca apropiado decir que está fuera de lugar es de los aplausos en el Congreso. Ni siquiera se aplaude a lo que se dice, a su significado -que ya estaría mal-, sino a la pertenencia del que lo dice, siempre que sea de los propios. Hoy parece que los diputados no se dan cuenta, ni imaginan siquiera, el efecto de ridículo, de vergüenza ajena, que suscitan en el televidente especialmente cuando no son más que 30 o 50 centímetros los que separan las manos que aplauden del rostro del aplaudido. Ninguna sonrisa más falsa que la de este cuando ha de expresar gratitud en tan obligado trance. Ahora tengo en los ojos de la mente a don Mariano Rajoy y a doña María Dolores de Cospedal, pero eso no quiere decir que otros dos nombres de idéntico parentesco político, al otro extremo del hemiciclo, no podrían remplazarlos en una situación perfectamente análoga.

La idea de que esos aplausos tan fuera de lugar se suprimiesen -ya sea por votación de los propios diputados, ya por reforma normativa del Tribunal Constitucional, si es que ello es verosímil- sería, a mi entender, muy saludable, y además estético, pero virtualmente imposible de poner en práctica. No ya por resistencia de una minoría que hubiese votado en contra, pues no tengo noticia de que los discordes con la normativa establecida suelan dejar de cumplir, aun a su pesar, lo ratificado por la mayoría.

El fundamento de mi desazón es bien distinto y bastante más grave. Es la naturaleza de automatismo, de reflejo mecánico, que ha llegado a adquirir en nuestros días el aplauso. En las televisiones se está aplaudiendo constantemente a todo, en todo el día no se hace otra cosa que aplaudir, no se hace cosa de provecho en todo el día. En los entierros el aplauso se ha hecho tan convencional que se mira como una descortesía el no aplaudir. Todavía disuena en los oídos de los mayores, acostumbrados al silencio entre los muertos, pero tal vez no sea ya más que otra convención para los jóvenes, aunque para nosotros tiene la estridente inoportunidad de ser una forma de expresión que comparte con ceremonias y ocasiones alegres y festivas.

El automatismo del aplauso en el Congreso lo pone aún más fuera de lugar, lo hace aún más gratuito y más indigno. Lo malo está en que cuanto mayor sea el automatismo, la índole refleja de una cosa, tanto más fuerte se hará frente a cualquier voluntad de suprimirla. En fin, que lo que hace más impropio y despreciable el aplauso en el Congreso viene a ser precisamente lo mismo que lo hace más imposible de erradicar. ¡Todo un paradigma de la cultura actual!

miércoles, 6 de abril de 2011

Revisando "Blue velvet" (Terciopelo azul, 1986), la obra maestra de David Lynch



"In dreams", de Roy Orbison, es el tema elegido por Lynch para acentuar la onírica puesta en escena de esta secuencia extraída de su obra maestra, Terciopelo azul.

Es un mundo extraño...

Sam Cooke y la primavera



Qué extraño. Uno –que es de naturaleza irremediablemente melancólica y ya sufrió bastante durante el largo invierno– todavía no había encontrado la ocasión de celebrar la llegada de la estación primaveral. Es, pues, el momento adecuado para escuchar (y, por qué no, para bailar) este ardiente tema de Sam Cooke.