Bitácora de Héctor Acebo, poeta, periodista cultural y doctor en Periodismo

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martes, 26 de agosto de 2008

El Eo, con sabor especial

Cuatro generaciones de vecinos se reunieron junto al río en la jira, que cerró la Semana cultural de San Tirso de Abres



O Chao / As Veigas (San Tirso de Abres), Héctor ACEBO
La Nueva España, 26/08/08

El Eo, río -dicen- de xanas y salmones, ha sido testigo del encuentro de cuatro generaciones distintas de vecinos que se reunieron en el área recreativa santirseña, el pasado domingo, para celebrar la popular jira campestre.

En el concejo más occidental del Principado, dos son los pueblos que separa el Eo (y que une, a su vez, una magnífica pasarela): O Chao y As Veigas. A pesar del día (un tanto nublado), se escucharon cantos, risas y susurros a un lado o al otro de la ribera. «No sé por qué, pero la comida sabe mucho mejor en el campo», aseguró Paco de Robaín, conocido entre las gentes de la comarca por ser uno de los últimos albeites (el tradicional oficio de curar al ganado sin poseer el título de veterinario).

De potenciar la cultura tradicional en el concejo se encarga la asociación cultural San Tirso del Eo a través de la archiconocida Festa da malla (que este mes cumplió su sexta edición) y del Encontro de portadores de tradición oral.

Lo curioso de la jira es que en el área recreativa del Eo confluyeron, sin cartel alguno que lo anunciase, un sinfín de historias del concejo en primera persona. Así, Edelmira Castaño, vecina de O Castro de Abaixo, degustaba una jugosísima tortilla de patata hecha con sus manos de filadora.

«Ahora ya no se hace nada: se compra todo», se sinceró Edelmira Castaño, al tiempo que recordaba el regalo que entregó, por medio del colectivo San Tirso del Eo, al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en su visita a Villanueva de Oscos el año pasado por esta misma época.

«Le hice, con todo mi cariño, unos "chapiños" (calcetines de lana cardada, hilada y tejida a mano) ideales para el senderismo, porque activan la circulación», explicó. Por su parte, el cesteiro de Lourido, Ramiro Miranda, que heredó el oficio de su padre y de su abuelo, se servía una copa de guinda en compañía de otros amigos.

«¿Por qué no salí en LA NUEVA ESPAÑA el sábado durante la festa? ¡Yo también colaboré en la Festa da malla!», reivindicó el hombre. Miranda, siempre sincero, está tan acostumbrado a las cámaras y a los blocs de los periodistas como a la temperatura del horno de su casa, donde trabaja la madera como se hacía antaño con gran maestría.

A partir de las ocho de la tarde, tras un merecido reposo, las familias se reunieron en la tasca montada en As Veigas para pasar a bailar pasodobles y corridos mejicanos a cargo del «Trío Agua Marina». «Lo mismo, igual que entonces. / (...) / Parece / que no ha pasado la muerte por nosotros», decía aquel poema de Ángel González recordado por algunos de los poetas de la comarca Eo-Navia en otro acto de esta XX Semana cultural tan ecléctica, que ha tocado a su fin.

Entre las xanas y los salmones, ¿qué más se puede pedir?.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nosoutros non temos "xanas" senón encantos.

Héctor Acebo dijo...

La leyenda de la xana la cuenta muy bien una vecina octogenaria de Salcido (San Tirso de Abres). En la magnífica cascada de este pueblo, habita -dice- una xana que se despierta en la mágica noche de San Juan.

Anónimo dijo...

Esa lenda fala dun encanto, as "xanas" non pasan el río Frexulfe (Navia). Precisamente o que se desperta nesa "cascada" é un encanto, e como ben saberás hai unha rota sendeirista ben chamada Pena do Encanto e nunca "Pena da Xana(sic)". O termo "xana" é propio do resto de Asturias, pero non do Eo-Navia e se entrou foi pola mala utilización en textos, xornais, etc., pero nunca será un termo autóctono noso.