«No es contradictorio ser economista y ser de izquierdas: queremos el máximo crecimiento y una distribución justa»
JOSÉ MANUEL MUÑOZ PUIGCERVER, ECONOMISTA EXPERTO EN RELACIONES INTERNACIONALES
San Tirso de Abres,
Héctor ACEBO
No es ningún óbice la juventud en el caso de José Manuel Muñoz Puigcerver (Tarragona, 1982), pues en su pensamiento se ensamblan, a la manera de los grandes investigadores, la precisión analítica y el humanismo más cálido. Este economista visitó recientemente el entorno de la ría del Eo (su primer contacto con el Principado) a propósito de la XXI Semana cultural celebrada por la asociación San Tirso del Eo en el concejo.
-Se define como un economista de izquierdas, ¿no es ésa una contradicción en sus términos?
-¡Todo lo contrario! Un economista de izquierdas da un paso más allá que el resto: se preocupa de que la economía crezca lo máximo posible en aras de que la distribución de esos beneficios sea absolutamente justa. Además, damos prioridad a las políticas de desarrollo sostenible, un asunto descuidado por la economía tradicional.
-¿La izquierda juega hoy el papel que le corresponde frente a la crisis o aplica más bien las medidas propias de la derecha?
-En nuestro país se puede discutir si el Gobierno aplica las medidas correctas. Pero por lo menos está llevando la iniciativa para salir de esta crisis a través de políticas de intervención, algo que jamás harían los derechistas, quienes basan sus acciones en la privatización.
-Si bien es cierto que la globalización trajo muchos beneficios, se habla de que los países más beneficiados fueron aquéllos que se hicieron cargo de su propio destino y no creyeron en el mercado autorregulado.
-El FMI (Fondo Monetario Internacional) siempre recetaba lo mismo a todos los países, obviando las peculiaridades de cada uno. Así, si tenían que presentar informes de países varios, solamente cambiaban (y no siempre) el nombre, ofreciendo exactamente el mismo análisis en ambos casos. En efecto, les fue bastante mal a aquellos países que hicieron caso al FMI y liberalizaron sus mercados.
-¿Transformar la calidad de vida del Tercer Mundo sigue siendo una utopía?
-Está en nuestras manos que no lo sea. Me satisface que en el ámbito académico se esté reconociendo en los últimos años a economistas progresistas como los Nobel Stiglitz o Krugman, quienes se preocupan mucho por el desarrollo de los países menos avanzados del planeta. Tanto uno como otro defienden que la globalización y el comercio exterior no son ni buenos ni malos por sí mismos: ambos son potencialmente beneficiosos. El problema es que pueden ser muy beneficiosos para unos y muy perjudiciales para otros. Todo depende de la gestión. Querer es poder.
-¿Cree, como su admirado Joseph Stiglitz (economista estadounidense), que no falla tanto el sistema como aquéllos que lo manejan?
-La avaricia personal y desmesurada de las altas esferas nos ha llevado a una crisis como la actual. Pues la economía depende casi en su totalidad del comportamiento de personas concretas. De todas formas, un sistema que permite que sus propios dirigentes lo perviertan es, cuando menos, mejorable.
-¿Qué baza juegan hoy en la globalización los pequeños pueblos apartados de la urbe como San Tirso de Abres?
-Pueden beneficiarse de dicho proceso si sus dirigentes son competentes y luchan por progresar y traspasar las fronteras. Especificando más en San Tirso, este pueblo tiene todos los elementos turísticos (paisaje fabuloso, río Eo, clima suave...) para poder crear una infraestructura turística relativamente importante. Sin embargo, muchos visitantes sólo pernoctan en el pueblo, sintiendo la necesidad de pasar la mayor parte de las horas en otros concejos limítrofes (pienso en Taramundi, conocido incluso en Madrid). Pido una reflexión a empresarios y gobernantes locales. Algo no se hace bien del todo.
Formación
Licenciado en Economía y máster en Relaciones Internacionales por la Universidad CEU San Pablo, de Madrid, donde actualmente realiza sus estudios de doctorado e imparte clases ocasionales.
Trayectoria
Consultor en la oficina madrileña de la empresa Capgemini Consulting, también trabajó como orientador laboral para la UPTA-Madrid. Actualmente colabora en la secretaría de economía, comercio y turismo del PSM-PSOE.
(La Nueva España, 19/8/09)
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