«Deberíamos seguir estudiando el pasado local para no cometer errores»
JESÚS FERREIRO Ex alcalde de San Tirso de Abres y pregonero de la XXI Semana Cultural del concejo
San Tirso de Abres,
H. ACEBO
Octavio Paz decía que el poeta «al enfrentarse con el lenguaje se enfrenta con los fundamentos mismos del mundo». A Jesús Ferreiro, pese a que se dedicó a la política y no a la lírica, le iría como anillo al dedo esta idea si evaluamos su obra en la profusión de rehabilitaciones históricas, actividades culturales o viviendas sociales. Primer alcalde demócrata santirseño (expirado el franquismo), Ferreiro se enfrentó en 1979 con ahínco a no pocas inclemencias: por una parte, el concejo asturiano más occidental estaba habituado, como tantos otros alejados de la urbe, a ser manejado por las (pocas) familias de abolengo; por otro lado, el Principado no era más que una preautonomía. Este hombre afable y modesto rememora sus veinte años socialistas al frente de la alcaldía. Pero ya no necesita oponerse a los fundamentos del mundo: hace una década que ganó la batalla.
-¿Cómo se siente tras haber sido escogido por la asociación «San Tirso del Eo» para representar a la villa en su XXI Semana cultural?
-Me satisface mucho. Mientras estuve al frente del Ayuntamiento apoyé incondicionalmente a «San Tirso del Eo» con medios económicos y materiales. La labor realizada por esta asociación a lo largo de su historia es fantástica, llevando el nombre de San Tirso a muchos lugares de Asturias y España. Les felicito y animo a seguir así.
-Hace 30 años que llegó a la alcaldía. Eran tiempos difíciles.
-Desde luego. Este ayuntamiento, al igual que los demás, carecía de todos los servicios básicos. Hablo de las electrificaciones, los asfaltados, los abastecimientos de aguas, los teléfonos públicos, los alumbrados, la señalización...
-¿Cuál fue el momento más satisfactorio?
-Todas las actuaciones son importantes. Los alcaldes tienen muchos momentos especiales, sobre todo cuando consiguen las ayudas necesarias para llevar a cabo las actuaciones planificadas. Y nosotros en 20 años conseguimos, a través de los distintos planes de obras (IRYDA, POS...), dar respuesta a la práctica totalidad de los problemas que he mencionado.
-Ayer, en la presentación del pregón, se dijo que usted dignificó como nadie el patrimonio cultural santirseño.
-Desde el ayuntamiento llevamos a cabo las rehabilitaciones de las capillas y el entorno de San Juan o de San Isidro. Dignificamos las fiestas patronales, realizamos tres campos de trabajo, rehabilitamos un puente sobre el río Eo, que pertenecía al ferrocarril minero Villaodrid-Ribadeo, para permitir crear la vía verde actual... La publicación del libro «San Tirso en imágenes (1900-2000)» y de la Carta Puebla fueron enormes satisfacciones culturales que pudieron fraguarse con la colaboración del historiador local López Roca.
-¿Qué habría que recuperar o crear en el plano cultural del San Tirso actual?
-Me duele no haber podido construir un albergue juvenil a pesar de tener el proyecto realizado. Hubiese sido un verdadero apoyo para las actividades de los campos de trabajo, así como para el camino de Santiago. Por cierto, todavía sin reconocer, pese a múltiples estudios que avalan su paso por nuestro municipio. Hoy sería interesante seguir publicando sobre el pasado local: deberíamos conocerlo para no caer en errores.
-¿Es consciente de que muchos santirseños aún le conocen como «el Alcalde»? ¿Volverá algún día a la primera línea política?
-Yo siempre he estado cerca de los ciudadanos: ellos me devuelven el cariño recibido. No está en mis planes volver a la actividad política; conseguí realizar prácticamente todo lo que había proyectado. El polígono industrial, un nuevo puente sobre el río Eo, el área recreativa y las piscinas, el Centro de Agroturismo Amaído, la Casa de Cultura, el centro médico, 29 viviendas sociales, dos plazas públicas, un polideportivo cubierto, la apertura de cuatro viales urbanos en El Llano... Aparte de todos los servicios básicos.
-¿De quién se siente más agradecido?
-Todos los gobiernos del Principado apoyaron a este concejo, sin su ayuda sería imposible realizar nada de lo mencionado. Pero hubo un presidente, Pedro de Silva, bajo cuyo mandato se realizaron la mayor parte de las infraestructuras. San Tirso nunca le estará suficientemente agradecido. Quisiera saludar y recordar a todos los concejales de las distintas corporaciones: con su trabajo desinteresado contribuyeron a un San Tirso mucho más próspero.
(La Nueva España, 11/8/09)
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