Para mi amigo el poeta Antonio Martínez Sarrión
Se quejan los críticos cítricos
porque abuso del grado superlativo.
Ellos dicen que aquel cuerpo era pequeño,
pues no saben que en la cama crecía.
No, ninguno de ellos sería capaz de llevar,
como mi abuelo, los mismos calzoncillos
de lunes a domingo.
Siempre dicen
que he de buscar, cuando termine la carrera,
una mujer que me cuide y me comprenda:
¡qué atrevimiento! Pero tan sólo
yo sé que en aquel trasero nace el Eo.
Que pasa por A Pontenova, que se detiene
en Santiso y que desemboca
en el Mar de Sus Senos formando
la ría de Ribadeo.
Se quejan los críticos cítricos
porque abuso del grado superlativo.
Pretenden que regrese a la Edad Media:
¿sería justo decir que aquellos muslos
solamente eran claros?
Cuando las lombrices
devoren sus nalgas,
tal vez entienda ese empeño.
Mientras tanto…
¡ay, mientras…
TANTO!
(Poema mío publicado en La Huella Digital, 22/10/09)
1 comentario:
"¡ay, mientras…
TANTO!"
...se pasa la vida volando, volando.
Publicar un comentario