«Es una pena que el río no esté en condiciones para hacer una zona de baños»
ENRIQUE REGO. Técnico agrícola y pregonero de la XXII Semana Cultural de San Tirso de Abres
San Tirso de Abres / Vegadeo, Héctor ACEBO
El técnico especialista agrícola Enrique Rego (Vegadeo, 1959) afronta el pregón (pronunciará mañana su discurso) de la XXII Semana cultural santirseña como «un reto y una asignatura más» en su vida. El complejo agro-turístico Amaído (que Rego fundó, junto a otros tres socios, a principios de los 90 en San Tirso) significó un aldabonazo de alerta ante las posibilidades turísticas del valle.
-El complejo es de 12 hectáreas. ¿No fue arriesgado fundar una empresa así en un concejo virgen en términos turísticos?
-Desde luego. San Tirso sólo sonaba en los ambientes del salmón, y en aquellos años la pesca era bajísima. Al turista, que no sabía localizar el concejo en el mapa, creyendo que pertenecía a Galicia, para orientarlo, había que decirle: «Estamos al lado de Taramundi». Los propios vecinos de San Tirso nos decían que era una salvajada invertir tantos millones de las antiguas pesetas, unos 20 en 1992, en el pueblo. Y es que, por aquel entonces, el Hostal Rey era el único negocio turístico santirseño.
-Pero el proyecto triunfó, y hoy es todo un referente en el sector de la comarca.
-Sí, gracias a nuestra tenacidad y a la colaboración de muchas gentes y organismos, como Pedro Rocha, de la gerencia Oscos-Eo, o el Ayuntamiento. En los primeros años, el Alcalde de San Tirso por aquel entonces, don Jesús Ferreiro, peleó por el proyecto como si fuera un integrante más de la sociedad. En 1993, cuando teníamos previsto abrir el negocio y ya habíamos firmado las letras para pagar a los proveedores, surgió un imprevisto de última hora con Electra del Viesgo. Esta empresa nos dijo que no había potencia suficiente para implantar la luz eléctrica en el camping. No pudimos abrir en 1993. Ferreiro propuso que yo impartiese un curso de jardinería y cultivo de bajo abrigo: gracias a eso y a lo que nosotros producíamos, pudimos ir pagando las letras y saliendo del paso.
-El Premio Principado de Asturias de Hostelería y Turismo, en 1998, supuso un punto de inflexión en la empresa.
-Sí, fue una inyección de moral. A partir de ahí, otras empresas se fijan en nosotros, así como los medios de comunicación. Pero lo fundamental es que el turista aumentaba. El boca a boca (potenciado por internet) funcionaba.
-Algunos vecinos se quejan de que los turistas sólo utilizan San Tirso como una ciudad dormitorio. ¿Qué falla?
-Eso es algo comprensible: el concejo tiene estupendos recursos naturales, pero muchos están aún sin explotar. En cuanto a las posibles ocupaciones diurnas, más allá de las rutas, la pena es que el río no presente unas óptimas condiciones medioambientales que garanticen la construcción de una zona de baños fluvial. También es una lástima que se hayan dejado de hacer, desde que Ferreiro abandonara la alcaldía, los campos de trabajo, que suponían un intercambio cultural durante el verano. La rehabilitación de los tres castros (Salcido, El Castro y Eilale) con los que cuenta San Tirso es una asignatura pendiente.
La Nueva España, 14/8/2010
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