Bitácora de Héctor Acebo, poeta, periodista cultural y doctor en Periodismo

Bitácora de Héctor Acebo, poeta, periodista cultural y doctor en Periodismo.
-Correo: acebobello@gmail.com
-Instagram: @hectoracebo
-Twitter: @HectorAcebo

martes, 19 de enero de 2010

Conoce a… Javier Neira, periodista de investigación: “Es preciso chequear a todos esos ‘bloggers’ que publican noticias falsas”

“Pese a que esto no va sobre el Watergate, es periodismo de investigación”. Así reza la carta de presentación del incombustible Javier Neira, Jefe de Investigación y Reportajes de La Nueva España, el diario más influyente de Asturias. Con veinte años de experiencia en tal especialidad periodística, Neira (acaso más conocido en el Principado por sus liberales columnas sobre actualidad política, que publica a diario) disfruta cultivando reportajes de contenido histórico con repercusión en el presente. La Historia: una materia ineludible que él alimenta reescribiendo las noticias publicadas originalmente hace 25 y 50 años en la portada de La Nueva España (fundada en 1936), hoy en manos –como Faro de Vigo o La Opinión-El Correo de Zamora– del grupo Editorial Prensa Ibérica.
-Esa esa una tarea que hago desde hace no mucho tiempo. Parece una cosa menor (ciertamente, dentro del periódico lo es), y, sin embargo, es muy interesante. Me roba, eso sí, bastantes horas, porque supone leer críticamente dos periódicos. Claro que el cotejo de datos y de citas me permite demostrar muchas afirmaciones. Por otra parte, al llevar a cabo esta tarea, pretendo que mis compañeros tengan unas ciertas referencias vitales. A veces, te das cuenta de que muchas de esas noticias antiguas podrían ser perfectamente trasladables a nuestros días…

-¿Qué elementos del periodista de investigación le parecen diferenciales respecto del periodista común?
-Hay un elemento diferencial al que el periodista de investigación no suele estar sometido: la urgencia. Éste puede dedicar varios días o semanas al contraste de unos datos, todo lo contrario de lo que ocurre generalmente en el periodismo de información (que vive tan pendiente de la competencia).

-¿Exagera Gabriel García Márquez al afirmar que “la investigación no es una especialidad del oficio, sino que todo periodismo tiene que ser investigativo por definición” (El Tiempo, 03/12/1995)?
-Pese a la antipatía que siento hacía García Márquez por cuestiones ideológicas (aprovecho también para meterme con su literatura: no creo que escriba tan bien como se dice), reconozco la certeza de su frase. Verdad que el periodista traslada al papel lo que pasa, pero lo cuenta todo a partir de una mirada. Una mirada pasiva y neutral no es necesariamente la mejor…

-¿Sólo se fía de lo que ha investigado por su cuenta?
-¡No, al revés! (Risas). Si sólo nos fiáramos de nuestra opinión, no se vería ningún telediario, ni se leería la prensa…

-¿Qué validez pueden tener para el lector aquellas frases que, refiriéndose a una fuente anónima, arrancan de la siguiente manera: “Una persona conocedora del asunto dijo…”?
-Una frase que empiece diciendo algo así, no vale nada. Pues el periodista pudo habérsela inventado sin salir de la redacción. ¡Es impensable hacer un reportaje de citas entrecomilladas de no se sabe quién! El anonimato ayuda al periodista; sin embargo, para el lector es conveniente que se usen poco esas fuentes. Lo que más importa en esta labor son las relaciones, que se van forjando con el paso del tiempo. De manera que acabas teniendo un montón de gente conocida o amiga que te facilita las cosas. Que te cuenta cualquier tema con naturalidad, que se fía de ti. Y esa confianza (la promesa de que no vas a revelar una fuente determinada) a veces puede sentar mal al periódico para el que trabajas. Pero es preferible estar a bien con la fuente: si ésta ve que el texto se ajusta a lo que ella te contó, a lo que sucedió, estás acreditado. Pues te contará, a partir de ese momento, muchas más cosas. E, incluso, es probable que corra la voz en su círculo: “A ese periodista se le pueden contar cosas, porque no manipula, no se va de la lengua, ni hace chapuzas”. Esa acreditación, en fin, vale para el periodismo o para la medicina.

-¿Abusan las publicaciones españolas del uso de citas entrecomilladas anónimas?
-Fijémonos en el caso de Interviú: a veces, creo que se siente forzada (lo cual ha contaminado a casi todas las otras revistas españolas) a sacar cada semana algún reportaje que rompa moldes. Y lo intentan. Pero luego, al abrir la revista, compruebas que la información desprendida del titular no está comprobada tangencialmente. En un periodo tan corto de tiempo, es muy difícil hacer un reportaje de fuste.

-¿Ve algún rasgo positivo en el periodismo de investigación practicado en España?
-El Mundo es, en este país, el diario que más hace periodismo de investigación a fondo: esa es una constante que mantiene desde su creación. Ahí se la juega tanto el director como el editor o el corresponsal, porque es un trabajo muy duro, y un patinazo puede acabar con todo el medio. Evidentemente, la desgracia que subyace tras el contenido de una noticia tiende a convertirse en calidad, si la información está elaborada. Y esto se comprueba al palpar la carga de investigación o documentación.

-En nuestro oficio, ¿es más importante la ética o la verdad?
-Lo que cuenta no es tanto la verdad como la veracidad. Es decir, la voluntad de decir la verdad, de poner todos los medios a tu alcance para conseguir tal objetivo. ¿Ética o verdad? Son dos cosas distintas. La ética es una actitud imprescindible: sin ella, no podrías ejercer el periodismo. Y la verdad es una meta.

-El cineasta John Ford abogaba por publicar la leyenda, en el caso de que ésta superase a la verdad…
-(Risas). Eso está muy bien. Se puede dar la vuelta a la frase: “La verdad es una leyenda”. El periodismo, diríamos, es –como la Historia– una creación literaria sobre la que hay consenso. Si hoy el Presidente del Gobierno hace un discurso no muy convincente, y todos los periódicos dicen que ha sido brillante, queda impresa la leyenda. Porque la verdad se construye entre todos.

-¿Dejó de publicar alguna información que pudiese herir a ciertas personas queridas?
-No: de ahí que en Oviedo ya me hayan retirado no pocas personas el saludo. Pienso que lo importante es dejar claro tu punto de vista. Lo que no se debe hacer es pretender ir de imparcial y no serlo. Todos tenemos una ideología o punto de vista; otra cosa distinta es que, siendo periodista, pretendas neutralizar esa mirada cuando escribes, pongamos, un reportaje. Lo más noble y ético es llevar puesta una camiseta de un conjunto de valores. Y no es preciso negarlos. ¿Por qué avergonzarse de tener una opinión definida? ¿No ha de fluir ésta naturalmente? Verdad que es conveniente no tener, a priori, afinidades u odios. Pero si vas a hacer un reportaje sobre un violador de niñas, no puedes pretender escribir de la misma manera que cuando te encargan una crónica deportiva. Evidentemente, la antipatía te sale por todos los sitios.

-¿Se ofendería si le llamo “rastrillador de estiércol”? Theodore Roosvelt (ex presidente de EEUU) acuñó este terminó para criticar a aquellos periodistas de denuncia que escrutaban el trasfondo de los hechos hasta encontrar elementos no revelados de los mismos.
-No, no, ¡cómo me voy a ofender: el estiércol es abono! De todas formas, los periodistas estamos sometidos constantemente a la crítica . Si nos ponen verdes, lo tenemos que asumir: no pasa nada.

-¿Favorece el desarrollo (y la normalización) de la Red al periodismo de investigación?
-Sin duda. Internet ya está cambiando la estructura de las empresas periodísticas: tú, yo y otros tres periodistas podemos montar un diario relativamente solvente. No me extrañaría que próximamente saliesen en cada comunidad autónoma más de veinte periódicos… De igual modo, creo que el futuro de la prensa escrita radica en el cultivo del periodismo de investigación.

-Pese a todas sus ventajas, en la Red el problema periodístico actual es evidente: cualquier blogger puede publicar falsedades o noticias que no han sido comprobadas…
-Claro. Y hay que chequear a esos individuos. Razón por la cual surgirán los metablogs, compuestos por gente que se dedica a analizar lo que se publica. Por otra parte, en la Red también nacerán multitud de microempresas que vivirán casi del aire. Y que, al no establecer compromisos con los anunciantes o con las instituciones, gozarán de una independencia (el músculo de cualquier medio) mucho mayor que la de cualquier medio convencional. Ciertamente, si tienes una vinculación estrecha con un medio potente, estarás mucho más protegido y apoyado. Pero los medios no convencionales, al no entrar en ningún tipo de colisión, podrán rajar todo lo que no se está rajando ahora.

Por HÉCTOR ACEBO (La Huella Digital, 19/01/2010)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante entrevista, primo.

Héctor Acebo dijo...

Muchas gracias.
Desgraciadamente, no nos vimos en las vacaciones de Navidad.

Unknown dijo...

Sólo por lo que dice, me cae bien este tío.