Me alegra toparme con un artículo de César Antonio Molina (El País, 25/11/2010) que incide en las tesis que yo mantuve en mi texto "Internet, la creencia pararreligiosa", publicado un día antes. Merece la pena resaltar este párrafo escrito por el literato y ex ministro de Cultura:
La cultura humanista está hoy abandonada por jóvenes entregados al becerro de oro de las redes de comunicación. Cualquier respuesta la obtienen -o creen obtenerla- allí, en el poder cada vez mayor de la información sobre el conocimiento. O, si se prefiere, en el poder cada vez mayor de la economía sobre la cultura. Las industrias de lo imaginario, del entretenimiento, se alzan sobre los valores del espíritu, la meditación, la reflexión. Lo útil sobre lo inútil. La cultura se convierte en industria, en la forma de un complejo mediático-comercial que es el motor del crecimiento de las naciones desarrolladas.
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