Bitácora de Héctor Acebo, poeta, periodista cultural y doctor en Periodismo

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sábado, 10 de agosto de 2013

«Si un joven necesita emigrar, no debe ir con miedo; tiene más formación que los de antes»

(Entrevista a Abel Martínez, pregonero de la Semana Cultural de San Tirso de Abres) 

«Encantado y sorprendido de que la asociación "San Tirso del Eo" haya pensado en mí». Así afronta Abel Martínez el pregón (lo pronunciará este lunes) de la XXV Semana Cultural de su San Tirso natal. El sexagenario Martínez emigró a Andorra hace 51 años, donde compatibilizó sus oficios (primero trabajó en una fábrica de materiales de obra, y luego en una gasolinera) con su pasión musical (fue vocalista de un grupo orquestal, «Conjunto Azul», y ahora, ya jubilado, forma parte de la Coral del Principat d'Andorra). 

Abel Martínez, en San Tirso de Abres. 

¿De qué tratará su pregón? 
Hablaré de mi niñez, de cómo viví aquí hasta los 17 años, cuando me marché al otro Principado. También hablaré de las similitudes (visibles, por ejemplo, en el paisaje) entre Asturias y Andorra. Y como siempre he venido una vez al año a San Tirso, relataré los cambios que he ido encontrando aquí.  


¿Qué recuerdos guarda del San Tirso de su niñez? 
Era un crío muy alegre; me encantaba ir al colegio y me pasaba los días cantando; cuando había un banquete, yo era el primero que salía a cantar. Creo que la pasión por la música me viene de mi madre, a la que oía a menudo cantar: fue así cómo aprendí muchas canciones antiguas. Teniendo 9 ó 10 años, algunas orquestas ya me invitaban a subir al palco para cantar... ¡y yo, al tener un público, gozaba! 

¿Cómo tomó la decisión de emigrar, siendo un muchacho, a Andorra y no a otro país? 
Fue determinante el que un año antes que yo se hubiera ido a Andorra mi mejor amigo de entonces, Antonio, un vecino. Las primeras Navidades que él pasó en San Tirso, viviendo ya en Andorra, traía su traje, su reloj de pulsera... Esa imagen renovada (muy distinta a la que presentábamos entonces los críos santirseños), me impactó, y le dije: «Cuando vuelvas a Andorra, me voy contigo». Una vez allí, gracias en parte a mi amigo y a su familia, no me costó integrarme. 


¿En cuál de los dos trabajos que desempeñó en Andorra se sintió más a gusto? 
En el último, en la gasolinera, pues yo soy una persona muy sociable, y durante los 19 años que desempeñé ese trabajo, conocí a personas de todas las nacionalidades, de manera que estaba en mi salsa. 

¿Su vida de hoy se parece a la que había imaginado siendo un muchacho?   
Sí, hay una similitud esencial: mi sueño, siendo niño, era ser vocalista de una orquesta, y en Andorra he logrado cantar muchas veces ante un público. 

Como emigrante, ¿cuál es la lección más importante que ha aprendido en todos estos años? 
Cuando te vas a otro país, aprendes otra cultura, es decir, aprendes a valorar y a respetar las cosas de los demás. Es un privilegio vivir en Andorra y conocer varias lenguas; yo allí, sin olvidar mis raíces, aprendí a hablar en catalán y en francés. 

Abel Martínez, pregonero de la XXV Semana Cultural de su San Tirso nativo.


Ahora que está jubilado, ¿valora la posibilidad de instalarse, junto a su mujer, en su villa nativa?  
No está en nuestros planes el instalarnos definitivamente aquí, pues en Andorra hemos formado una familia: allí están nuestros hijos, nuestros nietos... Ahora pasaremos temporadas más grandes en el pueblo, eso sí. 

¿Qué consejo daría a los jóvenes santirseños que se planteen emigrar a otro país? 
Bueno, lamentaría que tuvieran que irse porque no encuentran su faena en un país desarrollado; ten en cuenta que cuando yo emigré, en España había muy pocos recursos: aún estábamos saliendo de una guerra. De todos modos, lo fundamental es que la juventud se dé a conocer, que no se quede parada. Si hoy un joven necesita emigrar a otro país, no debe ir con miedo, pues está amparado por una formación mucho más grande que la que entonces teníamos.

(Esta entrevista mía se publicó ayer en el diario asturiano La Nueva España.) 

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