PEDRO DE SILVA
Donde existe un conflicto político insoluble, coloca una urna". Éste es un lema que ningún verdadero demócrata puede olvidar. El separatismo -y la escisión social entre separatistas y unionistas- es un conflicto de ese tipo, por lo que antes o después habrá que preguntar a los vascos qué es lo que quieren hacer con el cuerpo. El único problema es la existencia de una apreciable franja social (no sólo un grupo de activistas) energúmena y violenta, que utiliza como arma política básica el terrorismo y que no comulga con los principios propios de una sociedad democrática. Un día habrá un Gobierno en España que diga con claridad: "Primero, dejen las armas, renuncien a la violencia, disuélvanse y cambien la actitud; cuando todo eso haya quedado muy claro, y el miedo haya desaparecido, habrá un referéndum, de acuerdo con los modelos internacionales conocidos".
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