El autor pone en entredicho estos treinta años de democracia, ya que las élites españolas que dirigieron la Transición son los culpables del "amormamiento" con el que juegan los gobiernos autonómicos. Y es que el Estatuto, al igual que la televisión o la escuela, "no describía la realidad, sino que indicaba cuál iba a ser a partir de entonces, obligatoriamente, la realidad".
En ese sentido, todos los periódicos y emisoras públicas, excepto El Mundo, silenciaron en un principio el hecho. Pero la insistencia del diario dirigido por Pedro J. Ramírez, y la valentía de muchos bloggers (entre ellos famosos) que apoyaron a Peri Rossi, obligó a que las autoridades políticas tomaran parte en el asunto. Así pues, los directivos de la cadena, en última instancia, reconocieron su error y llamaron a la poeta a fin de solucionar el asunto.
La moraleja que desgrana Arcadi Espada al final del texto es contundente: "Los medios ignoran la realidad, pero la realidad regresa en forma de decadencia". Es decir, la tergiversación termina siendo aclarada, en muchas ocasiones, por los propios ciudadanos. Y es ahí donde el articulista compara al poder con un Narciso "que nunca se miró al espejo".
Para terminar, Arcadi Espada subraya que "el catalán es la lengua propia de la Generalitat de Cataluña". Lo que en otras palabras quiere decir que la sociedad es capaz de olvidar el derecho a la información de la ciudadanía a fin de que "triunfa la lengua" y el Estatuto que ellos mismos refrendaron.
H. A. B.
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