Bitácora de Héctor Acebo, poeta, periodista cultural y doctor en Periodismo

Bitácora de Héctor Acebo, poeta, periodista cultural y doctor en Periodismo.
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viernes, 18 de enero de 2008

Lo conocí antes de conocerlo


...Y, por fin, mi pequeño homenaje al gran Ángel González. Este artículo, "Lo conocí antes de conocerlo", ha salido publicado hoy en la revista digital La República Cultural:

Conocí a Ángel González hace dos años y medio. Los hombres aleccionaban a las cigarras. La mañana –“ese tigre de papel de periódico”– rugía entre mis manos. Yo acudía, en compañía de mis dos queridos profesores Arturo Peralta y Ramón Fernández Fuentes, a un recital que el poeta ofrecía en la Casa de Cultura de Vegadeo. A escasos días de tutear al monstruo de la PAU, yo no dudaba, por muy increíble que pudiese parecer a mis compañeros de entonces, en subir al tren (¿o a la trenza?) que nos llevaba “a una extraña región de la que nunca volveríamos”. Y así ha sido.

Anunciaba que conocí a Ángel González aquella tarde en Vegadeo (¡y tuve la suerte de tomar con él un refresco!). Pero quizás esté mintiendo… Quiero decir que antes de conocer al poeta yo ya había experimentado, por ejemplo, aquella excitante sensación: “Escribir un poema es algo así como un orgasmo: / mancha la tinta tanto como el semen, / empreña también más en ocasiones”… Si echo la vista atrás, quizás me resulte ridículo este argumento, pero por aquel entonces yo todavía no era consciente de que, como descubriera Octavio Paz, la mejor biografía de un poeta es su obra. En ese sentido, no me extraña que el Ángel González de hoy haya tenido remordimientos a la hora de aceptar el Honoris Causa por parte de la Universidad de Oviedo. “Miro hacia atrás y me asombro de cuántos rostros, cuántas máscaras, cuántas figuras, cuántos trajes, cuántos uniformes, he sido”. Y tiene razón: el honor que recibe se otorga al autor de algunos poemas que escribió alguien que quizás ya no es él.

El poema (o el profeta) me ha ayudado a sostener la mayoría de edad, anticipándome experiencias que no tardarían en sucederme: así pues, desde que vivo en Madrid, “las cucarachas de mi casa protestan porque leo por las noches”, lo cual, para qué vamos a negarlo, demuestra lo mucho que hemos evolucionado… en Bravo Murillo y en O Chao (capital de mi querido San Tirso de Abres). El pasado año, en la Feria del Libro de la capital, estuve a punto de desvelarle mi trágica experiencia, pero preferí seguir corriéndome –¡sólo Vallejo lo disimulaba, ni siquiera el propio González…!– en silencio. Sí, es cierto, lo conocí antes de conocerlo: que Dios bendiga, pues, el onanismo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Héctor, unas líneas para darte las gracias por haber compartido tu estupendo artículo con nosotros y haberte unido al pequeño homenaje que desde nuestra página también le hemos rendido a este gran poeta.

Muchísimas gracias, nos leemos.

Un saludo,

Labana

Héctor Acebo dijo...

Un verdadero placer.
Saludos,
H.

Anónimo dijo...

como anunciastes que ibas a escribir un artículo acerca de Ángel González pues me he pasado por aquí a ver si ya estaba.Y,veo que sí! Lo he leído y me ha gustado mucho.Sobre todo :"lo conocí antes de conocerlo".

MARA TORRES blog

(http://www.lacoctelera.com/maratorres)

Saludos

Héctor Acebo dijo...

Me alegra saber que te ha gustado.
Un cordial saludo,
H.